Las cifras y datos pueden intimidar a cualquiera que se enfrente a La muerte y la doncella, la obra escrita por Ariel Dorfman en 1990 y que hoy abre sus presentaciones a público en el Teatro Nacional Chileno.

Y no sólo por los cerca de 90 montajes que se han hecho en el mundo, y la adaptación a cine realizada por Roman Polanski en 1994, sino por los nombres que han estado o están relacionadas con la obra: Mike Nichols dirigió la versión de Broadway, con Meryl Streep y Gene Hackman; Peter James dirigió la lectura dramatizada en 1990, en Londres, con que debutó al público, y en Berlín, los reputados actores teatrales Birgit Doll y Dietmar Shonherr fueron los protagonistas.

Pero nada de eso parece asustar a la directora Moira Miller, quien está a cargo de esta puesta en escena que tiene a Antonia Zegers, Erto Pantoja y César Sepúlveda como actores. Ni siquiera que, casi paralelamente, en Londres, se estrene una nueva versión, a cargo de Jeremy Herrin y con Thandie Newton de protagonista (Cautivos del amor, Crash). Ella cree que por sobre todo, se trata de un ajuste de cuentas con el país y su historia reciente.

"Creo que esta obra vuelve a meter el dedo en la llaga en las cosas que siento que los chilenos tenemos culpa", dice Miller. "Tenemos dolores y los echamos a la mochila y arreglamos la carga en el camino, pero no solucionamos los problemas de fondo y sobre todo no saneamos estos dolores que todavía molestan", dice al referirse a la historia que narra la obra, que trata sobre un matrimonio (Zegers y Sepúlveda) al que intespestivamente llega a su casa un hombre que ella lo reconoce como su torturador (Pantoja), y que despierta en ella la necesidad de venganza.

Para la directora, la incomodidad actual que se siente en la sociedad chilena es el escenario adecuado para que la obra de Dorfman resurga con un peso significativo y una pertinencia que no tuvo en sus estrenos anteriores en el país (1991 y 2000). "En el minuto que se estrenó, había que mirar hacia adelante, había que mirar al arcoiris. No estábamos para que nos metiéramos el dedo en la llaga. Cuando uno no asume su pasado, el pasado se te empieza a venir encima. Ahora los jóvenes están reaccionando ante la política y ante su propia sociedad con un nivel de acción notable. Es el momento ideal para estrenarla", dice.

La primera versión local, estrenada en Chile sólo pocos días antes de conocerse el Informe Rettig (1991), fue dirigida por Anita Reeves y tuvo a Tito Bustamante, María Elena Duvauchelle y Hugo Medina. La versión actual de Moira Miller casi no tiene diferencias de su antecesora, donde el personaje de Gerardo Escobar (Sepúlveda), un joven abogado que está próximo a ser designado por el presidente para presidir una comisión que investigará violaciones a los DDHH, adquiere un nuevo e irónico significado en virtud de la peculiar evolución política del país.

"Creo que las cosas caen por su propio peso. Tiene sentido que sea ahora y en esta sala, al lado de La Moneda. No hay coincidencias", cierra Erto Pantoja, quien interpreta a Robeto Miranda, el supuesto médico torturador.

La muerte y la doncella, de Ariel Dorfman
Directora: Moira Miller
Elenco: Antonia Zegers, César Sepúlveda, Erto Pantoja
Funciones Jueves, viernes y sábado, 20.00 horas
23 de Septiembre al 22 de Octubre
Entrada general $ 6.000, Estudiantes, tercera edad y convenios $ 3.000
Sala Antonio Varas
Morandé 25. Santiago Centro
977 1701