En la Octava Región, Jorge Valdivia se sintió como en casa. Su regreso a la Selección coincidió con el retorno de la Roja al lugar que lanzó su carrera futbolística.En 2003, fue cedido por Colo Colo a Universidad de Concepción. Con el Campanil cumplió una campaña histórica. Ese año, los penquistas -quienes recién habían ascendido a Primera División- llegaron a la Copa Libertadores. El Mago, como ante Venezuela, fue la figura del equipo y encantó a los hinchas sureños, quienes no lo olvidan.

El mediocampista dejó varios afectos en Concepción. Algunos en el fútbol. Otros en la hípica. Ese año, junto con algunos compañeros en el Campanil, entre los que también estaba Jean Beausejour, adquirió caballos de carrera. Al hotel Sonesta, donde se concentró la Roja, llegaron a saludarlo amigos con los que cada martes coincidía en el salón de Propietarios del hipódromo de Mediocamino. El volante de Palmeiras los atendió con amabilidad. Recordaron varias anécdotas.

Más tiempo se tomó para recibir a Rodrigo Rain, ex compañero en la U penquista. Analizaron poco su retorno a la Roja. "Estaba feliz por volver. Me dijo que quería aprovechar su oportunidad. Sin dudas, actuaciones como la de ayer (el viernes) le ayudarán para eso. Jorge siempre ha sido un gran jugador y lo demostró. Después, hablamos más de nuestras familias", explicó Rain, a quien su hijo le pidió que lo llevara a conocerlo. Se tomaron varias fotografías.

Junto con Juan José Ribera, uno de los más cercanos al Mago en ese plantel, intentaron a abordarlo después del partido. Sin embargo, el asedio de los hinchas y la celosa actuación de los guardias en el sector de vestuarios del estadio CAP les impidieron acercarse. "Hablamos siempre por WhatsApp. La buena relación entre nosotros se ha mantenido por todos estos años. Nos unen grandes recuerdos", dijo el nuevo técnico de Deportes Concepción, con quien Valdivia convivió en sus primeros meses en el sur.

A todos les confesó que había sentido cómodo y respaldado. También admitió que se había equivocado al renunciar  a la Roja y que no esperaba una recepción tan cálida de sus compañeros en su retorno. "La 'cagué'" admitió en el plano más íntimo.

En las tribunas del recinto de Talcahuano lo acompañaron sus padres, quienes llegaron el viernes para verlo jugar. El rito es habitual, pues Luis Valdivia y Elizabeth Toro no se pierden partido del astro del Verdao cuando juega en Chile. También fueron varias veces al lugar donde partió todo. Y donde volvió a comenzar.