LeBron James no volvió a Cleveland para otra cosa que no sea llevarlo a lo alto de la NBA, un trabajo complicado, considerando que ni cuando lo tuvo siete años en esa franquicia pudo hacer grandes cosas.
Por eso The King se molestó consigo mismo, porque el quinteto no andaba bien.
Eran cuatro las derrotas consecutivas que anotaban los Cavs; Denver, San Antonio, Washington (el único como visitante) y Toronto, lo que colmó a James. Pero no se enojó con nadie más que con él mismo.
"No estoy haciendo mi trabajo, tengo que hacer un mejor trabajo y eso ayudará a mi equipo. Hemos perdido cuatro seguidos, así que doy asco", había dicho el lunes.
"Doy asco", gritó otra vez el jugador durante la práctica en la cancha antes del partido de la noche del lunes, otra vez en casa, ante Orlando. Después de eso, anotó 29 puntos, 16 de ellos en el primer período. Cavaliers ganó tranquilamente por 106-74 y James ni siquiera jugó el último cuarto.
"Soy mi crítico más severo", declaró el alero después del partido.
"Yo no estaba contento con mi forma de jugar en la última semana. Nadie ejerce más presión sobre mí que yo mismo. Uno entra a la cancha y no quiere hablar, sino demostrar", complementó James.
Su entrenador, David Blatt, no se mostró mayormente sorprendido por la noche del Rey: "Su influencia es amplia. Las cosas que él hace, la forma en que juega y el impacto que tiene en sus compañeros se interrelacionan... Él hizo esto y todos los demás lo siguieron".
En esa mala racha, LeBron James marcó 18,5 puntos como promedio y acertó el 41 por ciento de sus disparos de campo, pero el lunes en la noche atinó nueve de 17 y empató su mejor estadística de la temporada, con 11 asistencias.
Hasta antes de los enfrentamientos de anoche, Cavs se ubicaba séptimo en la Conferencia Este, con seis triunfos y siste derrotas, lejos de Toronto, la gran sorpresa de la temporada, que sumaba 12 triunfos y dos derrotas.
Pobre campaña para los de Ohio, quienes se armaron para brillar, no sólo con el regreso del Rey, luego de cuatro años en Miami, en los que ganó dos anillos y disputó cuatro finales, sino con el arribo del joven Kyrie Irving y de Kevin Love, quien ha mostrado muchos problemas para hacer encajar su juego en la estructura que quiere imponer Blatt en Cleveland Cavaliers.