El renovado presente de Villa Baviera
La vida en el ex enclave alemán ha cambiado. Paulatinamente se han abierto las puertas a los visitantes, pero también los colonos ganan espacios.
De rostros sonrientes y abiertos a poder dialogar con quienes llegan a la Villa Baviera, varios ex colonos del lugar se han transformado en guías turísticos de los visitantes. En un remozado camión Mercedes, pintado de verde, recorren los principales atractivos del predio de unas 14 mil hectáreas.
Un cuidado especial han tenido por preservar aquellos puntos para ellos históricos y que hoy son de gran atractivo para el visitante. Como el cuarto piso del hotel, donde existe un rincón secreto usado por los equipos de seguridad de Paul Schäfer, o el subterráneo donde todavía se conserva casi en perfecto estado la central telefónica usada entre los años 70 y 80.
Las casas y departamentos donde residen los ex colonos, cuentan en su gran mayoría con televisión por cable y acceso a internet, pudiendo así comunicarse con familiares y conocidos, algo que hace unos años era impensado para sus habitantes.
Los niños nacidos tras la huida y posterior muerte de Schäfer son alumnos de la escuela Villa Baviera o incluso van a clases a establecimientos de Parral.
Por los caminos y calles del lugar no sólo se ven las viejas camionetas usadas para recorrer los campos o las empresas ligadas a los holdings de Villa Baviera, sino que también circulan automóviles de marcas japonesas o coreanas.
La modernidad parece haber llegado a Villa Baviera. El turismo se asoma hoy como una ventana que abre al mundo un lugar por años alejado de la civilización y ya no se observa a sus ciudadanos con sus típicos pantalones de tela o ropa oscura y las mujeres de faldas largas y caminar rápido y temeroso.
Otro punto de diferencia respecto del pasado se constata en el Restorant Zippelhaus, donde hasta hace poco tiempo la música ambiental era exclusivamente de marchas y polka de la Segunda Guerra Mundial. Hoy se escuchan obras de grandes autores alemanes y de música tradicional germana.
La tradicional Freihauss -que, según cuentan, lleva ese nombre por ser ordenada su construcción cuando trascendió que el entonces Presidente Eduardo Frei Montalva visitaría Baviera (cosa que finalmente no ocurrió), en los años 60- dejó de albergar los diplomas, trofeos y reconocimientos que alguna vez entregaron autoridades a la "Colonia Dignidad". Hoy se ha transformado en el rincón de la música, luciendo en sus muros sólo grabados de compositores alemanes.
Turismo y museo histórico
Para Anna Schkellerkamp, gerente de turismo en Villa Baviera, "el turismo lo concebimos no como un concepto tradicional, lo llevamos de la mano con la integración de los residentes en Villa Baviera con aquellas personas que llegan al hotel o de visita por el día".
La dirigente agrega que "de hecho, en el primer piso del hoy hotel, existía hasta hace poco una zona de lavandería y cocina, cuyas dependencias se prepararán para ser un comedor en el cual también compartan los residentes de la villa con los turistas, y así lograr que socialicen de forma permanente y no vivan de alguna manera como aislados de la realidad que hoy tiene la ex colonia".
Otro atractivo será el futuro Museo Histórico de Villa Baviera. Estará ubicado en una de las tantas bodegas que tiene el recinto y a pocos metros de la residencia denominada Neukra, que en la época de Schäfer sirvió para cobijar a niños germanos que eran maltratados y dopados.
La idea del Museo, "será parte de un recorrido por la historia de la villa, que hoy ya se hace, y se complementará con nuestras raíces, las luces y las sombras, lo positivo y lo que nunca debió ocurrir acá. Se trata de que las personas que asistan al museo puedan comprender la historia de sufrimiento que hubo acá, no sólo por parte de chilenos, sino también por alemanes que estuvieron sometidos por años a las directrices de Schaffer", dice Schkellerkamp.
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