El Dakar 2013 de Jeremías Israel tiene dos partes: antes y después del accidente del lunes pasado. Previo a eso, todo le salía bien, era el mejor chileno después de "Chaleco" López y se entreveraba en el top 10. Tras la fuerte caída, los resultados no se han dado y le ha pasado de todo; caídas, se ha perdido y ayer se le apagó la moto y llegó tirado por un particular.
Cuando se refiere al asunto, desde ese día, Israel dice que le "mandaron un mensaje desde arriba, que me decía cálmate un poquito".
Conversado de manera más profunda, el piloto asegura que no son palabras al viento, sino muy en serio. "Mira, no soy religioso, no sigo una religión, tengo mis propias creencias. Obviamente, creo en Dios y tengo un lado espiritual muy desarrollado. Después de haber tenido un cáncer, un tumor a la cabeza, uno mismo, la familia y los cercanos caemos en que tenemos que apoyarnos en algo. Algunos en la religión, otros en distintas cosas. La caída no fue suave y habían dos mil kilómetros antes donde pudo haber caídas mayores, donde iba más rápido. Esta caída fue rara, que no me haya pasado nada, fue raro", dice.
Respecto del antes y el después para él en el Dakar, comenta que "de ahí para adelante, la confianza tambalea un poco. Hay un replanteamiento de alguna forma. Es lindo estar sexto o quinto en la etapa y top 10 en la general, pero tengo que terminar mi primer Dakar".
Hasta ahora, Israel marcha en la 26ª posición, algo que no es malo para un debutante. Sin embargo, él cree que aún le queda tiempo para mejorar.