A mediados del siglo XX, el cité Arica, ubicado en la calle Maipú, en pleno centro de Santiago, fue el sitio donde vivieron obreros y trabajadoras del hogar. "Al principio había 16 habitaciones, de techos altos y un baño. Llegué aquí con apenas seis años", cuenta Blanca Calquín (83), quien en la última década ha sido testigo de la metamorfosis del lugar, donde hoy residen cinco familias peruanas.
Una de ellas, es la de Isabel Espinoza. Hace siete años llegó desde Lima. En una pequeña casa, de tres habitaciones y un baño, vive con otros siete familiares. Su madre, es la dueña de la casa. "Prefiero vivir aquí, porque estoy con mi familia y mi mamá me puede ver a mi hijo. Estoy con los míos", dice la mujer.
A dos cuadras de este recinto, el martes 18 de noviembre un incendio arrasó con un cité situado en la calle Esperanza, lugar en el que habitaban chilenos y extranjeros. La voracidad de las llamas dejó dos fallecidos, 17 viviendas dañadas y más de 100 damnificados, entre ellos, unos 50 inmigrantes. La noche del jueves 20 de noviembre, otro siniestro se desató. Esta vez en el campamento Luz Divina de Antofagasta. Fueron más de 200 afectados, de los cuales el 90% eran inmigrantes. Ambos hechos develaron las precarias condiciones en las que algunos extranjeros viven en Chile. Muchos de ellos hacinados, en lugares insalubres y enfrentando riesgos por la falta de mantención de las viviendas.
A Rossana Epifanía, de nacionalidad peruana, le preocupan los incendios. Llegó a Chile hace ocho meses y hoy reside en una casa de un cité ubicado en calle Esperanza con San Pablo junto a siete compatriotas. "El dueño del lugar es chileno (…) hace poco hubo un incendio cerca de aquí y me da miedo que un día pase algo y quedemos atrapados Me quiero ir en cuanto pueda ", comenta Epifanía.
En calle Esperanza, pero casi al llegar a la Alameda, en la entrada de una casa se encuentra Cecilia Vilches con la menor de sus hijas. En silencio, ambas observan como los bomberos ayudan a sacar los escombros del cité que se quemó el 18 de noviembre. Al interior de su hogar hay varias subdivisiones, cada una tiene un medidor y decenas de cables cuelgan del techo de manera riesgosa. "Aquí, en este segundo piso, duermo con mis tres hijas", cuenta Vilches. Las paredes son de tabiquería y en la casona viven 24 personas repartidas en siete piezas. "Me cobran $ 75 mil, además de la $ 10 mil por luz y agua. No tengo posibilidades de irme porque en otros lugares no reciben niños", agrega la mujer.
CITÉS EN SANTIAGO
Un estudio publicado en 2012 por el Observatorio de Ciudades de la UC, patrocinado por la Intendencia Metropolitana, arrojó que en la región existen 800 cités. De ese total, un 77% se sitúan en la comuna de Santiago, un 7 % en Independencia, un 4 % en Estación Central y Recoleta.
En la comuna de Santiago, actualmente existen 587 de estas edificaciones, con una población estimada de 56 mil habitantes. De ese total, alrededor de un 34% -19.040 personas- son inmigrantes. Debido a la alta concentración de extranjeros en estos lugares y la tragedia del pasado 18 de noviembre, desde el Ministerio de Vivienda se anunció que la próxima semana se realizará una mesa de trabajo con diversos municipios para realizar modificaciones a las ordenanzas locales y exigir a los arrendadores condiciones mínimas de habitabilidad.
En Independencia, comuna que participará en ese encuentro, actualmente el 10 % de la población comunal -unas 7 mil personas- son extranjeros. La mayoría de ellos, residen en casonas en los alrededores de la calle Mapocho o en alguno de los 55 cités de la zona. El hacinamiento y las condiciones de arriendo son los mayores problemas que enfrentan los extranjeros. "Cuando tienes una casa, con muchas piezas autónomas, en el fondo lo que hay es una actividad comercial ilegal. una residencial falsa. Por esa vía estamos buscando perseguir la responsabilidad de los dueños de las propiedades para garantizar la seguridad", dice el alcalde Gonzalo Durán.
CAMPAMENTOS DEL NORTE
El campamento Luz Divina, que se quemó el 20 de noviembre pasado, es una de las ocho tomas que existen en el sector de La Chimba, en Antofagasta. En este lugar, que será el futuro hogar del sacerdote jesuita Felipe Berríos, existe una alta concentración de ciudadanos colombianos, peruanos y bolivianos. Moira, de nacionalidad boliviana, vive hace cuatro años en el campamento Luz Divina III, junto a su pareja y sus cuatro hijos. "Vivimos en condiciones deplorables. Hace un tiempo Luisa (dirigente del campamento) hizo las gestiones para postular a un subsidio. Pero sólo las personas que tenían cinco años de residencia podían postular. Al final de las 73 familias, sólo 14 pudieron hacerlo", precisa la mujer.
De acuerdo a datos de la alcaldía, en la actualidad existen en la ciudad 35 campamentos, en los que viven unas 15 mil personas. De ese total, seis fueron constituidos recientemente por extranjeros.
Respecto a la situación de los campamentos en el norte, la ministra de Vivienda, Paulina Saball, dice que "tenemos un compromiso en la Región de Antofagasta, contraído con la ciudadanía y el gobierno regional, de generar más de 2.500 viviendas nuevas en este periodo y eso debe apuntar a abordar el tema del déficit y de esa manera también generar una oportunidad para las personas que no tienen acceso al suelo de otra forma".