El ring femenino sin la luz de Crespita

Daniela Asenjo es, además de Crespita Rodríguez, la única boxeadora profesional de Chile. Volvió a pelear luego de un año y fracción. El resto de las mujeres pugilistas del país, unas 50, combaten contra sus rivales más fuertes: el machismo del medio y la escasez de campeonatos. Marcela Romero, 17 años, es una de ellas.




El boxeo femenino brilla con Carolina Rodríguez. Destacan el campeonato mundial peso gallo y sus combates televisados en horario prime para todo el país. Pero sin la Crespa, el pugilismo femenino en Chile sólo tiene una boxeadora como profesional: Daniela Asenjo (24 años). La Leona de Valdivia y la actual campeona mundial en receso son las únicas mujeres en todo el país que practican boxeo profesionalmente.

El resto está en el amateurismo. Según los datos de la Federación Chilena de Boxeo, en el país hay cerca de 50 boxeadoras que compiten. No manejan una cifra exacta. Y de este universo, cerca de una docena son de Santiago. Este medio centenar de púgiles tiene que combatir a diario contra dos rivales que no están arriba del ring. Según su propia denuncia, el machismo del medio y la escasez de campeonatos.

Pese al éxito de Carolina Rodríguez a nivel mundial, en los últimos cinco años, se ha hecho sólo un campeonato nacional femenino. En 2011 la Federación organizó el primer campeonato nacional oficial de boxeo femenino en Santiago. Se disputaron tres categorías (52 kg, 60 kg y 67 kg) y participaron 20 boxeadoras de todo el país. Santiago aportó con ocho púgiles para la competición.

Recién luego de tres años, en 2014, se realizó una eliminatoria que buscaba el equipo femenino para las tres categorías de los Juegos Sudamericanos (ODESUR), donde también participaron cerca de veinte boxeadoras. Está en los planes de la Federación realizar un torneo nacional de boxeo femenino para el 2016 en Santiago.

“El problema no es la cantidad, sino que son de categorías dispares. Por ejemplo no se puede hacer combates entre boxeadoras que pesan 53 kilogramos una y 60 la otra. Por lo mismo ha sido difícil y ha costado hacer campeonatos nacionales para mujeres. No así en el caso de los hombres, donde hay un buen número de boxeadores en cada categoría”, asegura el gerente de la Federación Chilena de Boxeo, Víctor Méndez.

La Leona de Valdivia

Es que lejos del título que ganó la Crespa Rodríguez hace dos años, se esconde una realidad donde sólo una mujer en todo el país ha podido seguir los pasos de la primera campeona mundial de boxeo en Chile. En 2012 Daniela Asenjo debutó en el profesionalismo enfrentando a la argentina Jorgelina La Princesa Obregón. La valdiviana peso supermosca y gallo actualmente tiene siete combates como profesional, cuatro victorias, dos empates y una derrota.

Daniela, en su adolescencia, sufría de sobrepeso. Su abuelo Daniel Garrido, siempre le hablaba de boxeo y de su fugaz experiencia arriba del ring mientras hacía el servicio militar. Así fue que a los 14 años decidió dar un giro a su vida y comenzó a buscar un lugar dónde boxear. Con su hermana recorrieron los clubes de Valdivia, pero no las aceptaban. Llegaron al club Arturo Godoy y Las Ánimas y en ambos gimnasios no entrenaban mujeres. Fue recién a los 18 años cuando Daniela conoció el Club KO, donde entrena actualmente al igual que la Crespa Rodríguez, y se inició en el kickboxing.

Las historias de Carolina Rodríguez y Daniela Asenjo tienen similitudes. Las dos no comenzaron en el boxeo y han tenido que buscar en el extranjero una oportunidad para escalar hacia un título mundial.

El viernes 23 de octubre, la Leona viajó a General Roca, Argentina y peleó por el título sudamericano vacante, contra la local Mayra La Guapa Gómez. Era la oportunidad de Daniela, luego de estar más de un año en receso, para conseguir un título continental. Pero la valdiviana cayó en el octavo round y perdió su primer combate como profesional.

La última pelea de La Leona en Valdivia fue hace más de un año frente a la argentina Leonela Paola Yúdica (10-0-3). Aquella noche del 12 de septiembre de 2014, en el gimnasio Gil de Castro, la Leona y la sanjuanina empataron en los seis rounds del combate. Tres meses después, Yúdica ganó el título peso mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en fallo unánime a la uruguaya Gabriela Bouvier. Mientras que Asenjo tuvo que esperar cerca de 13 meses para competir por un título sudamericano vacante.

“Nos ha costado estar donde estamos. La situación es difícil, pero la competidora femenina, a diferencia del competidor masculino, es mucho más aguerrida y sacrificada. Habitualmente trabaja o estudia y resiste mejor los golpes. Es más valiente y mucho más disciplinada. Lo de Daniela es eso. Su éxito está en que trabaja con niños, toca el violín y además pelea profesionalmente”, afirma el entrenador, manejador y pareja de Daniela, Alejandro Concha.

La valdiviana desde los siete años toca el violín. Comenzó su faceta musical en el colegio Juan Sebastian Bach. Ahí tocaba guitarra y violín paralelamente, lo que le permitió participar en bandas. Como buena adicta a la música, La Leona afirma: “Me encanta Niccolo Paganini. Yo creo que todo violinista tiene a este hombre como referente de la música docta. Igual me gusta Kiss, Motorhead y más que nada el rock”.

Cuando terminó la enseñanza media, Daniela quiso ser profesora de música, pero el sueño chocó con la realidad: para su familia, donde son tres hermanas, fue imposible pagar una carrera que se imparte en Santiago. Entonces entró a estudiar psicopedagogía en su ciudad natal. Al igual que el boxeo, ser psicopedagoga apasiona a la Leona, “porque hay que sacar lo mejor de cada niño”. Es en Valdivia donde trabaja con niños con problemas de aprendizaje y bromea al decir que los apoderados “amenazan a sus hijos con que la profesora le puede pegar si se portan mal”. No obstante, su pareja y entrenador, Alejandro Concha, menciona que “es una de las profesoras con más paciencia y dedicación del colegio”.

“La disciplina que me aporta la música es crucial para practicar boxeo. Si no hubiese pasado por la música no tendría la perseverancia que tengo ahora ni la tolerancia a la frustración. Con respecto a mi carrera, la paciencia que me aporta es fundamental para ir consiguiendo pequeños logros que cuestan demasiado”, afirma la multifacética Daniela Asenjo.

Marcela Tigresa Romero (17) ha dedicado gran parte de su adolescencia al ring. Ella es una de las casi 50 boxeadoras amateurs que hay en Chile. Su historial es de sólo 11 peleas en dos años de carrera (9-1-1 TKO 1). Su estilo arriba del ring es estilista. Es decir, privilegia la velocidad, la distancia y el contragolpe, por encima de la potencia y la búsqueda del KO.

Los sueños de la Tigresa

La joven boxeadora vive en Huechuraba junto a sus padres y sus seis hermanos. El padre de Marcela se dedica a la construcción junto a dos de sus hijos. Mientras que la madre trabaja en el aseo doméstico con una de sus hijas. Una familia de siete personas, quienes viven en la villa Las Bandurrias, un conjunto habitacional de casas básicas creado en los 90. Éste es el hábitat de la Tigresa. Un sector del norte de Santiago donde paradójicamente todas sus calles tienen nombres de aves chilenas.

Si bien no es profesional, el entrenamiento de Marcela comienza de lunes a viernes a las 4 de la tarde en el Club México y finaliza cerca de las 7, justo para asistir al liceo vespertino 2x1 donde termina su enseñanza media. Actualmente la joven boxeadora pasó a tercero y cuarto medio. El plan de la Tigresa es terminar este año su escolaridad. En un comienzo quiso estudiar kinesiología. Pero ella quiere boxear y por eso sacará una carrera técnica que aún no define. Marcela tiene un sueño: ser campeona del mundo al igual que su ídola Carolina Rodríguez. Pero la Tigresa sabe lo complejo que es ser una púgil profesional en Chile.

“Es casi imposible vivir del boxeo en Chile. La competencia está afuera. Si vas fuera del país tienes más posibilidades... Acá existe aún el machismo en la Federación. No hacen campeonatos femeninos o los hacen a lo lejos. El 2014 hicieron un campeonato femenino. Pero todos los años hacen masculinos, juveniles, cadetes y adultos. Las mujeres no. Solamente adultos”, afirma la promesa de 17 años.

El 18 de diciembre, la Tigresa tuvo su primer combate frente a una rival extranjera. En el gimnasio del Club México, Marcela derrotó en fallo dividido a la argentina Pamela Ovando. Hoy la púgil de Huechuraba regresará a su entrenamiento en el mítico club de calle San Pablo, luego de dos semanas de vacaciones.

Los requisitos para ser una profesional del boxeo en Chile son tener más de 18 años, presentar un historial de peleas amateurs favorables y aprobar cinco exámenes de salud. Esa solicitud es tomada por el comisionado nacional de boxeo profesional en Chile, quien es el responsable de que el deporte se realice con total apego a la normativa existente. Esta persona es Luis Valenzuela, secretario general del Club México.

“La realidad del boxeo femenino es ésta: dos boxeadoras profesionales. Si comparamos, en Argentina hay como 200 profesionales y muchas de ellas campeonas del mundo. Lo que pasa es que en Chile el boxeo femenino aún no ha prendido. Hemos avanzado mucho. Pero aún existe un sesgo que tiene un tufillo machista, que no permite que las mujeres se incorporen al boxeo competitivo”, asegura Luis Valenzuela.

El comisionado nacional de boxeo profesional agrega: “Yo les digo a la gente de la Federación que los van a acusar de machistas. Tienen que hacer más. Yo entiendo que apurados hacen la pega de los varones. La Federación en general no ha tenido buenos resultados con hombres. Ha hecho una labor opaca, mediocre en el ámbito masculino. Entonces no le alcanza para hacer lo mismo con las mujeres”.

El gerente de la Federación Chilena de Boxeo, Víctor Méndez, discrepa: “Hace unos años dio la impresión que iba a haber un boom del boxeo femenino. En la Federación había como quince niñas entrenando. Pero de repente todo eso se apagó. No por falta de campeonatos. El tema es que si el boxeo masculino ya es cuestionado (que no es deporte, que daña la salud), el caso de las mujeres es más complicado. Si tu hija dice que quiere ser boxeadora, no va a ser vista con buena cara”.

El bienestar de la mujer

El mismo Víctor Méndez defiende la actuación de la Federación: “No es un tema de machismo. Más bien es un prejuicio de la gente pensando en el bienestar de la mujer. No es decir que ellas no pueden combatir, sino que todos miran el tema de la salud”.

Daniela Asenjo analiza la situación actual del boxeo femenino y afirma que “se ha logrado posicionar de a poco”. “Acá en Valdivia”, añade, “soy la única profesional. Incluso no hay hombres. Con la Crespa somos las que hemos tratamos de sacar adelante esto. También nos cuesta más conseguir auspicios. Pero se está logrando de a poco. El machismo está en la cultura chilena aún. Creo que hasta ahora hay gente que le cuesta ver a mujeres competir en un ring. Pero es cosa de tiempo. El profesionalismo es clave en eso. Así no se desvirtúa el significado de competencia”.

En 2011 La Leona consiguió el título nacional categoría 57 kilos. Antes de vencer a Isis Mascareña en el duelo por el campeonato, la valdiviana, con su pelo suelto y llamativos tacos altos, subió al ring y entonó un pieza musical con su violín. El público no dudó en aprobar su talento con una gran ovación al término de la presentación. “Después de la pelea algunos me dijeron que no creían que era yo la que tocaba. Ahí se demuestra que imagen tienen del boxeo femenino. Piensan que son sólo golpes y fuerza. No, esto es técnica y profesionalismo”.

Tanto Daniela como Marcela quieren seguir boxeando. La Leona volverá a buscar una oportunidad a mediados de febrero por un título latinoamericano del Consejo Mundial de Boxeo. Mientras que la Tigresa calcula que en dos años, cuando tenga 19, recién tendrá la madurez suficiente para subirse a un ring como profesional.

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