A su paso por El Cairo, el río Nilo se adueña del caos que caracteriza a la capital egipcia y sus aguas, donde piraguas y kayaks compiten por un espacio con las tradicionales "falucas", muestran su cara más deportiva.
Más que una moda pasajera, estos deportes cuentan en Egipto con una cierta tradición, pues ya en los años 30 algunos clubes de remo abrieron sus puertas con la intención de introducir estas disciplinas en el río de los faraones.
Cuatro décadas lleva el empresario egipcio Souahil Hosni, que se confiesa enganchado al remo, surcando las aguas del Nilo varias veces por semana a bordo de un kayak.
"Es como las drogas, una vez que empiezas no puedes dejarlo", aseguró Hosni, que se inició en este deporte a los doce años siguiendo la estela de su hermano mayor.
RIO NILO
En cualquier momento del día se pueden ver piraguas y kayaks por el Nilo, aunque las auténticas procesiones de remos tienen lugar a primera hora de la mañana y a última de la tarde, cuando el calor es menos intenso.
Sin embargo, estas embarcaciones no están solas en el amplio río, donde el silencio y el romanticismo que caracteriza a las "falucas" (embarcaciones de vela) se enfrenta al molesto ruido de las lanchas a motor, y a la adrenalina que desprenden quienes practican en las mismas aguas esquí acuático.
EMBARCACIONES
Pero en el ránking egipcio de los deportes acuáticos parece destacar el remo, que, según Hosni, requiere una buena forma física y "mucha cabeza", debido a que es "un deporte muy técnico".
Junto a veteranos como este empresario egipcio, alumnos principiantes se estrenan en el Nilo en un bote grande con una capacidad para unas diez personas acompañados por un monitor.
El español Antonio Cosío se inició de esta forma y en las aguas egipcias en los secretos del remo.
"Me ha parecido más difícil que otros deportes porque requiere mucha coordinación", dijo Cosío, que ya ha practicado con anterioridad otros deportes acuáticos como el piragüismo y la vela.
Para este español, que trabaja como becario en la embajada española de El Cairo, en esta disciplina es necesaria "más técnica que, por ejemplo, en el piragüismo".
Cosío, que ya no practica este deporte hastiado por la mala organización y la desidia de los profesores, solía hacer remo junto a otros cuatro compañeros, siempre guiados por un monitor.
CLUBES DE REMO
La mayoría de los clubes de remo se concentran en El Cairo, pero también en otras ciudades los aficionados a ejercitarse en el agua tienen un espacio para disfrutar de este "hobby" acuático.
Nueve son los situados en la capital egipcia, mientras que en la ciudad costera de Alejandría hay cinco y en las poblaciones del Canal de Suez de Ismailia, Port Said y Suez, otros cinco completan la lista de este tipo de clubes deportivos, explicó Hosni.
Deporte y diversión se mezclan en estos centros, donde los socios disponen, por lo general, tanto de salas de entrenamiento como de una agradable cafetería con vistas al río.
EVENTO SOCIAL
Para el empresario, practicar este deporte es también "un evento social", ya que lo hace con otros cuatro amigos, todos con más de medio siglo a sus espaldas, con los que después suele conversar y tomar un té.
"No me gusta remar solo, me gusta pasarlo bien", sentenció este socio del Egyptian Rowing Club, centro fundado en el año 1935 y a cuya terraza acudía el rey Faruq, el último monarca de Egipto.
Aunque el elitismo es la nota característica de la mayoría de los clubes, también hay algunos en El Cairo dirigidos a otro tipo de público, como el universitario o el de la policía.
Junto a las embarcaciones deportivas, los yates lujosos se mezclan con pequeños barcos de colores en los que vive gente de pocos recursos, una mezcla curiosa que hace del Nilo un espacio muy animado a su paso por la capital egipcia.
Un ambiente que por la noche cede su protagonismo a los llamados "barcos discoteca", que adornados con llamativas luces invitan a los cairotas a desinhibirse al ritmo de la música.