Imaginen que en mitad de la noche despiertan al presidente de su país y le informan que su nación está en repentino riesgo de quiebra. ¿Cómo es posible eso?, preguntaría taquicárdico y en pijama el mandatario. "Han desaparecido de los bancos el 12% de nuestra economía, señor".

Una situación parecida pudo producirse en Moldavia, un pequeño país europeo –ubicado entre Rumania y Ucrania-, del que se ha sabido estos días que faltan mil millones de dólares de sus bancos.

Lo que representa el 12,5% de su Producto Interior Bruto.

Muchos hablan en el país de que es el robo del siglo.

La desaparición del dinero tuvo lugar unos días antes de las elecciones legislativas del país, el 30 de noviembre de 2014, según un informe del Banco Central de Moldavia y la consultora privada Kroll que se ha filtrado a la prensa.

No hubo armas, rehenes ni personajes enmascarados; simplemente tres bancos declararon diversos créditos que sumaban esa cantidad.

Pero los destinatarios de esos préstamos nunca aparecieron. El dinero se desvaneció.

Para evitar una fuga de capitales o la quiebra de las tres entidades involucradas (Banca de Economii, Unibank y Banca Sociala) el Estado se vio obligado a rescatarlas, inyectándoles 870 millones de dólares.

Pero, ¿cómo se pudieron otorgar estos supuestos préstamos ficticios?

LA TRAMA

Aquí entra la figura de uno de los grandes empresarios del país, Ilan Shor, de 28 años, quien ha sido puesto bajo arresto domiciliario, según informa la prensa de Moldavia.

El informe de Kroll involucra a su grupo empresarial en la trama y a él como "uno de los beneficiarios, si no el único" de los movimientos que aquellos días ocurrieron en los balances de esos bancos.

La investigación de la consultora explica cómo entre 2012 y 2014 el empresario, junto a otros involucrados, se hicieron con la propiedad y el control de las tres entidades financieras.

Una vez dentro, "la exposición" de los bancos a empresas relacionadas con el grupo Shor comenzó a crecer dramáticamente.

Es decir, según Kroll, en cierta forma, el empresario comenzó a prestarse dinero a sí mismo. A sus negocios.

Los préstamos que recibieron sus empresas se incrementaron un 150% en seis meses sólo en el caso de Unibank, por ejemplo.

Pero el movimiento final llegó en noviembre, cuando en pocos días se concedieron los préstamos de US$1.000 millones que acabaron en destinos desconocidos, paraísos fiscales posiblemente.

La investigación prosigue.

Sin embargo no será fácil localizar el dinero, pues los registros de muchas transacciones han sido eliminados de los sistemas informáticos y la documentación física de los bancos.

De una forma "sospechosa", dice el informe con un dejo de ironía entre la árida terminología contable.

Ahora la economía del país queda tocada. Su deuda después del rescate asciende a 1.700 millones de dólares y su moneda ha perdido un 42% de su valor desde noviembre.

Además, este suceso, unido a un embargo agroalimentario de Rusia, van a hacer que su economía caiga un 1% en 2015, después de haber crecido más de un 4% en 2014.

No parece probable que el dinero se vaya a recuperar: "Estoy seguro al 100% de que la cantidad no será devuelta. Y que se quedará como deuda pública", dijo el presidente de la Liga de Banqueros de Moldavia, Dumitru Ursu, a la agencia AFP.

La incredulidad de este país de 4 millones de habitantes quedó resumida por el representante de la UE en Moldavia, Pirkka Tapiola: "¡Es inexplicable cómo se puede robar una suma tan grande en un país tan pequeño!", dijo al conocer el alcance del desfalco.

Hace una semana 40.000 personas se manifestaron en Chisinau, la capital, para pedir justicia, nuevas elecciones y exigir que los culpables sean encarcelados.