El tema de la ética -uno de los elementos clave en el mundo de los negocios- tiene muchas aristas y es un componente transversal que está presente en todas las relaciones que los ejecutivos establecen en una organización (con los demás empleados, con los proveedores, clientes y consumidores). Una de ellas es cómo, durante el proceso de reclutamiento y la selección de personal, atraer a la empresa a profesionales que guíen su comportamiento con integridad.
Quienes saben sobre esta materia afirman que es todo un desafío detectar con toda certeza si una persona se conduce con probidad. "Ni siquiera las pruebas sicológicas son una garantía en ese sentido", asegura Karina Pérez, directora de Operaciones de Robert Half en Chile.
Durante las entrevistas, explica la ejecutiva, los candidatos cuentan un mundo ideal, que puede ser analizado con mayor realismo a través de las referencias laborales. "Es clave poder contactar a personas a quien el candidato reportó, gente con la que negociaron, algunos de sus pares. Así se puede obtener una buena imagen acerca de cómo es trabajando", dice Pérez. Mientras más alta es la posición que requiere ser llenada, añade, los profesionales tienden a ser más honestos respecto de las referencias que entregan.
Los head hunters tratan de obtener a lo menos tres referencias (entre jefes directos, superiores del jefe, pares y clientes) y abarcar más allá de la última posición donde se desempeñó el ejecutivo. Esto, porque hay concordancia en que la mejor manera de enfocar la moral en el trabajo es identificando situaciones en el historial laboral del ejecutivo, e indagar la manera cómo las administró.
"Así, finalmente, lograremos reconocer en su comportamiento un hilo conductor que lo caracteriza y que será su estilo de resolución y enfrentamiento de los problemas futuros", acota María Eugenia Miranda, gerenta general de Alfa Consulting.
Tampoco está tan claro lo que se entiende por comportamiento ético. "Para un abogado es algo distinto que para un médico o un ejecutivo. Es un asunto asociado a los valores personales y a la cultura de la organización. Generalmente, hay discursos claros donde se expresa que la compañía velará por el cliente, para que los empleados tengan un desarrollo laboral, y por generar un clima de trabajo grato, por ejemplo", expresa Birgit Nevermann, gerenta de Laborum Selección.
En los ambientes de negocios suelen observarse actitudes que normalmente no se consideran positivas y que quizás transformen a una persona en un excelente ejecutivo.
De acuerdo a lo que indica la experiencia de los encargados del reclutamiento, la poca empatía, el foco en los resultados y actuar con escasa consideración frecuentemente se reflejan en números azules para la empresa. ¿La razón? Una persona más empática sufrirá más cuando deba despedir a un gran grupo de trabajadores, por ejemplo.
Así y todo, María Eugenia Miranda asegura que generar relaciones de confianza y ser creíble frente a los demás constituye un capital muy valioso, que se traduce directamente en clientes fidelizados, empleados más satisfechos y proveedores aliados al negocio.
"A mediano y largo plazo esto incide en un incremento en los resultados. Para que una organización pueda crecer y desarrollarse de manera sana y sustentable, los líderes deben ser creíbles, confiables y demostrar un comportamiento intachable. Esto significa respetar acuerdos, ser honestos, mantener confidencialidad frente a ciertos temas y comprometerse con la calidad hacia clientes y consumidores", añade.
En todo caso, en numerosas empresas ya existen ciertos criterios dentro del ámbito ético, en las cuales se han establecido las maneras como se abordarán los conflictos y las vías para llegar hasta las metas que la empresa se ha establecido.
"Se está hablando mucho de corporate governance, que está muy relacionado con la designación de los directorios, del presidente y gerente general de la empresa, y de que haya una fluida información entre ellos", comenta Karina Pérez.
Lo importante es que las organizaciones determinen dónde estarán los límites morales de las acciones que acometan y se guíen por dichos lineamientos en cada negocio que impulsen. Y para ello deben contar con la gente adecuada, que haga bien su trabajo y cumpla con sus objetivos ciñéndose a los lineamientos corporativos.