Minutos después de la medianoche, el ruso Maxim Molokoedov (25) abandonó la Penitenciaría de Santiago tras pasar tres años y un día recluído por tráfico de drogas. Estuvo ahí por lo ocurrido en julio de 2010, cuando fue sorprendido en el aeropuerto de Santiago con seis kilos de cocaína, escondidos en libros infantiles.

Sin embargo, en la actualidad su historia es un ejemplo de reinserción social. Durante su condena, el ruso logró encontrar un lugar en el fútbol profesional en Chile, debido a los beneficios por buena conducta y, principalmente, por sus habilidades en la cancha. Así llegó a mediados del 2012 a probar suerte en Santiago Morning, cuadro que lo acogió en el marco de un programa de Gendarmería y la dirección ex futbolistas, para darles una nueva oportunidad en la vida a los reclusos. De esa manera, complementó sus noches en la cárcel,  con los entrenamientos.

"El fútbol me abrió las puertas. Estuve encerrado 27 meses antes de probarme en el 'Chago' y desde ese momento todos me empezaron a respetar", señaló en entrevista al Sifup.

A pesar de lo particular del hecho, su paso por el fútbol no es algo fortuito. El ahora delantero del conjunto "bohemio" fue formado en la cantera del Zenit, tuvo un paso por el Dynamo San Petersburgo y por el FC Pskov-747 de la segunda división rusa.  A su vez, por el "Chaguito" debutó en octubre pasado en un amistoso ante Palestino, donde anotó dos goles. Una semana después tendría una destacada actuación frente a la Universidad de Chile, por Copa Chile.

De este modo, en el torneo de Primera B, que arrancó hace 15 días, el ruso tiene la oportunidad de consagrarse en el medio local. Por esta razón, descartó regresar a Rusia en el corto plazo. "No quiero volver aún. Me gusta jugar al fútbol y es lo que me motiva. Ahora tengo una posibilidad real de hacerlo acá. Si no puedo hacerlo sentiría que todo  fue por nada", dijo.

"El tiene mucho talento. En el último partido que jugó contra San Felipe salió con problemas en un tobillo, en el minuto 74, pero lo sacamos para cuidarlo porque en la cancha le dieron bien duro", expresó Luis Faúndez, dirigente del club con sede en Recoleta.

Faúndez relató, además, que en el club confió en que se cumplieran los plazos de libertad condicionada y reclusión nocturna, para esperar a que se  concretara la libertad definitiva. "El cumplió su condena con la sociedad chilena. Todos pusimos un grano de arena y estamos conformes con su rendimiento", agregó.

Ayer, en una ceremonia en el Estadio Nacional, el Ministro de Justicia, Juan Ignacio Piña y el Director de Gendarmería, Luis Masferrer, concretaron el término de la condena a Molokoedov, al igual que se revocó el decreto inicial de expulsión del país.

La cita, que fue precedida por la práctica matinal del elenco "microbusero", el ex volante Frank Lobos apareció como padrino futbolístico del atacante europeo.  Lobos, quien estuvo involucrado en sobornos de partidos en 2006, encontró un nuevo rumbo como director técnico de la selección de la Penitenciaría. Es ahí donde conoció el talento del "rucio" y lo propuso en Santiago Morning.

"Maxim está feliz de que se haya cerrado este ciclo. Está con muchas ganas de integrarse completamente al equipo, a quienes agradezco que lo hayan apoyado desde el primer minuto", sostuvo.

En tanto, el club informó que dispuso una habitación especial en el hotel Los Nogales, en Providencia, de propiedad de su presidente Miguel Nasur, como una residencia transitoria para el joven.