El Salvador propone recorridos nocturnos por histórico cementerio




Entre tumbas y mausoleos, como en una escena de película de terror, decenas de turistas recorren en la oscuridad el viejo cementerio Los Ilustres de la capital salvadoreña.

Dejando atrás supersticiones y el temor a lo macabro, más de 300 personas, incluidos numerosos extranjeros, descubren la riqueza cultural e histórica del cementerio en lo que se describe como necroturismo o "turismo de la muerte".

"Lo primero es el morbo. La gente cree que verán diferentes manifestaciones sobrenaturales, muertos volando, pero se las van pasar divertido y verán muchas cosas bellas, tesoros del arte, historia y arquitectura", dijo el historiador Carlos Cañas Dinarte, quien colabora como voluntario en el proyecto de "turismo nocturno" que impulsa la Policía de Turismo (Politur).

"Aquí hay muchas historias, mitos y leyendas, pero también hay mucha riqueza cultural", agregó el historiador, quien es autor de varios libros y textos escolares.

Había mucha tensión y curiosidad en una visita reciente.

"Nunca he visitado un cementerio de noche, pero tengo curiosidad. Dicen que es bonito. No tengo miedo, pero quiero vivir esta experiencia de ver las tumbas", dijo Esteban Martínez, un estudiante de 20 años de edad.

TURISMO NOCTURNO
La noche era propicia, una inmensa luna llena se posaba sobre el cementerio y dos mujeres policías armadas con linternas encabezaron el recorrido junto al historiador Cañas Dinarte, seguido de los turistas ávidos de escuchar los relatos de leyendas urbanas que se han tejido a lo largo del tiempo sobre lo que ocurre en las noches al interior de Los Ilustres.

"No se separen mucho, dicen que aquí sale de su tumba una mujer vestida de blanco y se ven luces raras", dijo a sus hijos Teresita Torres, una mujer de edad. "Ten cuidado, no te subas a las tumbas porque te van arañar las patas (pies)", agregó Elizabeth, unas de las jóvenes del grupo familiar al comenzar a caminar entre los muertos.

Según la leyenda, una novia murió el mismo día de sus nupcias en mayo de 1924.

"Si tenemos suerte podemos ver a la novia del cementerio. Dicen que a las 12 de la noche sale de su tumba, con su vestido blanco", comentó el historiador.

LOS ILUSTRES
Los Ilustres fue fundado en la segunda mitad del siglo XIX para darle sepultura a las cenizas del general hondureño Francisco Morazán, quien había sido fusilado en Costa Rica en 1842.

Morazán fue presidente de la República Federal de Centroamérica, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. La figura del general Morazán encarna el ideal de unidad centroamericano y es además considerado uno de los jefes militares más importantes en la historia de América Central.

Cañas Dinarte destacó que en este cementerio se produjo el fusilamiento del capitán general Gerardo Barrios, artífice de la introducción del cultivo del café y la secularización del Estado. También aquí se fusiló y luego se sepultó a Agustín Farabundo Martí, protagonista de un levantamiento indígena y campesino en 1932.

Muchos nerviosos, otros con curiosidad, algunos con miedo, iniciaron el recorrido en la oscuridad. El silencio era tal que se escuchaba el zumbido de los zancudos.

RIQUEZA HISTORICA
Pronto se dieron cuenta que no se trataba de un "paseo macabro" y comenzaron a maravillarse con angelicales esculturas importadas desde Bélgica, Francia e Italia y los hermosos mausoleos de una gran diversidad de estilos arquitectónicos.

Además, se internaron en la historia de El Salvador pues en Los Ilustres están los restos de insignes educadores, pintores, poetas, próceres, presidentes de la república, empresarios, grandes personalidades y políticos que marcaron la historia del país.

Algunos de los mausoleos y capillas están visiblemente deterioradas y brillan por su ausencia estatuas que fueron robadas, pero el historiador explicó su importancia y destacó su belleza y su riqueza histórica.

El mausoleo de la familia Meardi, de origen italiana, es impresionante, al igual que el de la familia De Sola, oriunda de Curaçao, como también los de los filántropos Walter Thilo Deininger y Benjamín Bloom, que donaron sus fortunas al Estado.

Cañas Dinarte destacó el mausoleo de la familia Meléndez, dueños de uno de los ingenios azucaremos más importantes del país. Cuentan que la matriarca de la familia Mercedes Ramírez de Meléndez fue una de las mujeres más influyentes de la historia salvadoreña. "Doña Mercedes podía colocar a un hijo o sobrino como presidente de la República", aseguró el historiador.

RECORRIDO
Ordenes religiosas y hasta colonias extranjeras tienen sus lugares, como la Societa Di Assistenza Italiana con su mausoleo con la loba amamantando a Rómulo y Remo, los legendarios fundadores de Roma.

También se puede ver la tumba de pionero de la aviación salvadoreña, el italiano Enrico Massi, quien murió en un accidente aéreo en 1923. Un avión sobresale en la parte alta de su tumba.

Entre los militares se destaca el busto del general Eusebio Bracamonte, quien peleó contra las tropas guatemaltecas de Rafael Carrera en 1863. "Su sepelio fue clandestino para no desmoralizar las tropas", expresó Cañas Dinarte.

Los políticos también tienen su espacio y se hace recordar la reciente guerra civil que vivió este pequeño país y que terminó con los acuerdos de paz suscritos en enero de 1992.

VISITANTES
Los visitantes se toman su tiempo para ver el busto del mayor Roberto d' Abuisson, fundador de partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y señalado por un informe de la Naciones Unidas como responsable del asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero.

Schafik Handal, líder histórico de la organización guerrillera Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, también tiene su espacio en la entrada principal del cementerio.

"Esto es sumamente interesante. Hoy he podido conocer mucho sobre la historia de mi país, es una buena experiencia", dijo Tania Portillo, una estudiante universitaria de 23 años que lucía acotada por el recorrido de casi tres horas.

"Es algo interesante, hay bastante morbo. Es algo enriquecedor, voy a volver con mis amigos", agregó.

El llamado "turismo de la muerte" es un proyecto impulsado por la Politur que busca un acercamiento con la comunidad y promover los lugares turísticos.

La Politur organiza dos recorridos turísticos nocturnos cada mes, visitando históricas iglesias, plazas, parques, cementerios, museos y el teatro nacional.

Los recorridos son gratis y se usan los buses de la policía para trasladar a los turistas en los viajes.

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