Joachim Low impone en su régimen algunas particularidades heredadas que lo diferencian del común de los entrenadores. Una de ellas, tiene que ver con un tipo de pelo largo y rubio que viaja junto al seleccionado alemán desde hace algunos años, y que es parte de los secretos de un exitoso proceso que está a un paso de coronarse con la Copa del Mundo.
Sucede que Low representa el continuismo de una serie de iniciativas rupturistas implantadas por su mentor, el ex técnico germano Jürgen Klinsmann, que supusieron una verdadera revolución para una potencia futbolística que en los inicios de los 2000 estaba en busca un cambio de aire. El campeón del mundo en Italia '90 es un hombre de ideas firmes, que no teme a chocar con los paradigmas de la cultura futbolística.
De vuelta al tipo de pelo largo y rubio: Su nombre es Patrich Broome, es profesor de yoga y trabaja junto a ese grupo de alemanes que cargan con el favoritismo en Brasil 2014. "Desde fuera, a los jugadores solo los juzgan por cuánto ganan y por cómo jugaron ayer, pero yo les digo que aquí importan por lo que son: seres humanos. Eso nadie se lo dice", filosofa a la hora de hablar de sus labores.
El instructor llegó al staff teutón hace nueve años, junto a un psicólogo y dos fisioterapuetas estadounidenses. Era el equipo de Klinsmann, que en el inicio de su trabajo con la selección de Alemania, los presentaba erguido sobre la idea de que los jugadores también necesitaban relajarse durante las concentraciones.
La iniciativa también era apoyada por Low, asistente en esos años del ex delantero Bayern Munich, por lo que para cuando le tocó asumir la dirección técnica no modificó un centímetro el plan diseñado, aún cuando ya tenía un puñado de detractores. Michael Ballack, incluso, llegó a decir en el Mundial de Sudáfrica que la federación era "una banda de maricones". No importaba. De aval tenía un tercer puesto en el Mundial de 2006, la final de la Eurocopa de 2008, esa semifinal en 2010, y luego conseguiría otro bronce en la Eurocopa 2012.
"No solo queremos estar al máximo física, sino también mentalmente", decía Low para justificar la presencia de Broome. Este, en tanto, propugnaba: "Los jugadores alcanzan fama y dinero muy pronto y el yoga les abre la mente".
Y al interior del camarín, el yoga no parece incomodar en lo absoluto. Según recogía el diario El País mientras se disputaba esa Eurocopa 2012, en la que los germanos se quedaron con el tercer lugar luego de caer ante Italia y doblegar a Portugal en el último duelo, el central Pet Mertesacker era el más entusiasta con las prácticas de la disciplina oriental, mientras que Lukas Podolski aseguraba que "me divierten mucho".
Hoy, Alemania se prepara para dar la última puntada a un proyecto deportivo que se planteó como meta el dominio de la escena mundial. El domingo, ante la Argentina de Lionel Messi, es la prueba final para un generación dorada de futbolistas que ya comienza a dar luces de todo su potencial. Y en su preparación, se podrá decir que Patrich Broome, el profesor de yoga, tuvo algo que ver.