El lunes, Deportes Iquique consiguió en San Carlos de Apoquindo un objetivo que ni siquiera los más poderosos del fútbol chileno pueden lucir en las últimas temporadas. El paso a la final de la liguilla, que definirán entre jueves y domingo ante Universidad de Chile, les permitió a los nortinos clasificar por cuarto año consecutivo a un torneo internacional.
"La verdad es que, salvo Cobreloa en la década de los 80, no recuerdo que otro equipo de provincia luzca este registro en competiciones continentales", afirma con mucho orgullo Cesare Rossi, un empresario de la Primera Región que preside Tierra de Campeones, la sociedad anónima que controla los destinos de Iquique.
Pese a que en los poco más de seis años que tiene la concesionaria el equipo perdió la categoría en 2009, lo cierto es que Iquique luce sus mejores campañas en el profesionalismo de la mano de Tierra de Campeones S.A. Además de participar en una Copa Libertadores y dos Sudamericanas, y a la espera de lo que pueda ocurrir en la final de la liguilla, el cuadro celeste conquistó la Copa Chile en 2010, curiosamente, cuando militaban en la Primera B.
"Cuando llegamos al club, teníamos claro que no íbamos a ganar dinero, pero también nos propusimos no perder plata. Sí, somos una sociedad deficitaria, como la mayoría de los clubes, pero dentro de todo estamos sanos", cuenta Rossi, quien añade que en la actualidad Iquique cuenta con dos mil abonados y una fama que les permite acceder a futbolistas que anteriormente eran imposibles: "El hecho de ser responsables nos facilita las cosas a la hora de contratar. Todo se sabe en el fútbol; entonces, cuando preguntan cómo está el club, siempre les dirán cosas buenas, más allá de las dificultades que se plantean por las distancias y por no tener un complejo deportivo de primer nivel".
Extrañamente, los éxitos deportivos del club no han estado ligados a la continuidad de un trabajo técnico. En los últimos cuatro años, cuatro entrenadores pasaron por la banca celeste. De hecho, este año hubo dos entrenadores, puesto que el argentino Cristián Díaz apenas duró cuatro meses, antes de ser sustituido por Jaime Vera.
"Acá, más allá de los triunfos, se hace difícil trabajar para un entrenador. Los medios de comunicación influyen mucho sobre los hinchas y éstos a su vez se han, de alguna manera, malacostumbrado a los éxitos. Entonces, a veces se les olvida dónde estuvo el equipo hasta hace apenas unos años", concluye Rossi, que ahora aguarda cerrar 2013 con el paso a la Libertadores: "Será maravilloso. Dos años seguidos estar ahí es un sueño".