Verde. Canales. Tres goles y un remate al larguero. El atacante cuajó una actuación extraordinaria y volvió a escoger a Católica como su víctima favorita.

Rojo. El montaje defensivo de Católica. Dio todas las facilidades del mundo con un planteamiento que, especialmente desde el 0-1, propició constantes situaciones de superioridad de la U.

Verde. La labor de Roberto Tobar. No hubo jugadas al límite que le complicaran la mañana, pero dirigió sin histerismos, con la frialdad adecuada para la temperatura caliente propia de la cita.

Rojo. La falta de puntería de los delanteros de Católica. No fue tanto el suyo un problema de juego ni de insistencia sino de definición. Sobre todo en los momentos en los que el clásico estaba abierto.