El Sevilla no falla. La Europa League es un torneo que le sienta como anillo al dedo. Nuevamente en una final continental, se impusieron sobre el Liverpool y son, otra vez, los monarcas de la Europa League. Vencieron por 3-1.
El estadio St. Jakob Park, de Basilea (Suiza), era la sede de la final del segundo torneo de clubes en importancia de la UEFA, que tenía un premio para el campeón: clasificar a la próxima Champions. Dentro de un duelo parejo en la previa, cada tiempo tuvo a un claro dominador.
En el primer tiempo, fueron los ingleses quienes manifestaron su propuesta ofensiva y de intensidad en la cancha. Aprovechando además que eran locales en Basilea (había mayoría británica en el recinto), el plantel de Klopp fue más. En los 11', Daniel Sturridge avisó con un cabezazo que sacó la defensa rival en la línea. En los 35', la superioridad del Liverpool se plasmó en el marcador con la apertura de la cuenta, mediante un gran remate a tres dedos de Sturridge.
El Liverpool era más que su rival, pero la diferencia que se observaba en Basilea no se condecía con los goles. Y ante esto, el Sevilla, equipo experto en la Europa League, pudo levantarse y sacar su estirpe de campeón.
Gol de camarín. Así fue la igualdad de francés Kevin Gameiro, tras un gran desborde de Mariano Ferreira (46'). Más tarde, dos tantos de Coke cerraron el partido (63' y 70'), para continuar la exitosa costumbre de los andaluces de levantar el trofeo de la Europa League.
El cuadro de Unai Emery es el primer club que es campeón del certamen por tercera vez consecutiva. Además, el entrenador iguala al italiano Giovanni Trapattoni, con tres títulos, como los entrenadores más laureados en la competencia. Por su parte, el Liverpool de Klopp pierde su segunda final en la temporada. Con anterioridad, se inclinó por penales ante el Manchester City en la definición de la Copa de la Liga inglesa.