En el mismo estadio en Soweto, en las afueras de Johannesburgo, donde dio un discurso histórico en 1990, cuando apenas había salido de la cárcel tras 27 años preso, y donde hizo su última aparición pública para la final del Mundial de Fútbol en 2010, Nelson Mandela será despedido hoy con una multitudinaria ceremonia.
Casi 90 líderes de todo el mundo viajaron hasta Johannesburgo para asistir a los actos de homenaje a Mandela que hoy se realizarán en el Soccer City, que tiene capacidad para más de 90 mil personas. Por nombrar sólo algunos, hoy estarán presentes el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el mandatario cubano Raúl Castro, el iraní Hassan Rohani y el zimbabuense Robert Mugabe. Además de ex líderes como Bill Clinton, George W.Bush y Tony Blair. También celebridades como la modelo Naomi Campbell, el vocalita de U2 Bono y el cantante Peter Gabriel, entre otros. "El mundo entero viene a Sudáfrica", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Clayson Monyela, restando importancia a las preocupaciones sobre la logística y la seguridad de organizar un gran acontecimiento con tan poco tiempo.
Según la agencia France Press (AFP), las autoridades se preparan desde hace años para despedir al ícono de la lucha contra el apartheid, que falleció el jueves a los 95 años, tras una larga agonía.
Tras el acto de hoy -que también se transmitirá por televisión, en otros tres estadios de Johannesburgo y en 150 pantallas gigantes de todo el país- los restos mortales de Mandela permanecerán en una capilla ardiente durante tres días en el Union Buildings de Pretoria. Luego, será enterrado el 15 de diciembre en Qunu, el pueblo donde creció en la provincia de Cabo del Este.
El bastión de Mandela
El emblemático estadio Soccer City se encuentra ubicado en el suburbio de Soweto, ubicado a 24 kilómetros al sudeste de Johannesburgo.
La localidad es considerada el bastión del fallecido líder, porque allí vivió desde 1946 hasta 1967, en el 8115 de la calle Vilakazi.
Sin embargo, Soweto es conocido porque fue donde se inició la resistencia contra el apartheid, política de segregación racial en Sudáfrica, que rigió desde 1948 hasta comienzos de los noventa. En 1976, una ley, impuesta por el gobierno del Partido Nacional, obligaba a las escuelas a que enseñaran afrikáner, un híbrido lingüístico que combina el holandés antiguo de los primeros colonos europeos que llegaron al cabo occidental a finales del siglo XV con elementos decorativos tomados de lenguas africanas como zulú, xhosa y bantu. Afrikáner, decía la mayoría negra, es el idioma del opresor.
Por este motivo, el 16 de junio de ese año, miles de estudiantes decidieron que las cosas estaban llegando demasiado lejos y salieron a protestar. El levantamiento de Soweto y los disturbios que se extendieron a otras poblaciones son vistos como hitos del movimiento contra el apartheid. El gobierno dijo que 95 personas de raza negra murieron en los disturbios, pero algunos números no oficiales ubican la cifra en cerca de 500.
Por aquel entonces, según describió la BBC, Soweto era un conglomerado amorfo, de gran marginalidad, en donde no había agua ni alcantarillado. Sus habitantes de raza negra viajaban todos los días a sus trabajos en Johannesburgo.
Más de treinta años después del levantamiento contra el apartheid, Soweto ya no es un conglomerado sólo de ciudadanos marginados y se ha convertido en un suburbio que se puede dar el lujo de tener campos de golf y habitantes prósperos, según explicó la BBC.
Según cifras del último censo, viven 1,2 millones de personas y el 80% es de raza negra. El idioma principal es el zulú.