Según la revista Forbes, Warren Buffett, es el tercer hombre más rico del mundo, quien hoy pidió a EEUU que deje de "mimar" con exenciones fiscales a los multimillonarios e instó a los líderes políticos de su país a aumentar los impuestos a acaudalados como él.
"Mientras los pobres y la clase media luchan por nosotros en Afganistán y la mayoría de estadounidenses pasa apuros para llegar a fin de mes, nosotros los megaricos seguimos con nuestras extraordinarias exenciones fiscales", asegura Buffett en un artículo publicado hoy en el diario The New York Times, titulado "Dejen de mimar a los súper ricos".
El multimillonario presidente del conglomerado empresarial Berkshire Hathaway asegura que en el largo debate en el Congreso de EE.UU. para elevar el techo de endeudamiento público, los líderes políticos pidieron un "sacrificio compartido" que, sin embargo, las clases más altas no han tenido que asumir.
Para desatascar esas negociaciones y evitar que EE.UU. entrara en suspensión de pagos el pasado 2 de agosto, los demócratas y el presidente Barack Obama cedieron a la presión de los republicanos y renunciaron a elevar los impuestos sobre las rentas y compañías más acaudaladas.
"Algunos de nosotros somos gestores de fondos de inversión que ganamos miles de millones de dólares por nuestro trabajo diario pero se nos permite clasificar nuestros beneficios como intereses devengados", que tienen apenas el 15% de impuestos, indica Buffett en ese escrito.
Con "bendiciones" como éstas, el multimillonario admite que el pasado año su declaración fiscal fue de algo más de 6,9 millones de dólares, lo que supone un 17,4 % de sus ingresos, mientras los trabajadores de su firma tributaron el doble, una media del 36 %.
El llamado "Oráculo de Omaha" por sus certeras previsiones opina que esta situación es un agravio comparativo en Estados Unidos, donde el 80 % los ingresos fiscales provienen de tasas sobre las nóminas de los trabajadores.
"Los megaricos pagan el 15% de impuestos sobre sus ingresos pero prácticamente nada sobre sus salarios", explica en el diario.
Buffett subraya que sus amigos multimillonarios son "en general, personas muy decentes. Aman a Estados Unidos y aprecian la oportunidad de este país les ha dado", por lo que "a muchos no les importaría que les dijeran que tienen que pagar más impuestos, particularmente cuando tantos de sus conciudadanos están sufriendo".
Para corregir esta situación, el filántropo propone elevar el gravamen sobre las bases imponibles superiores al millón de dólares, "incluyendo por supuesto dividendos y ganancias de capital" y mayores impuestos aún para aquellos estadounidenses que ganen más de diez millones de dólares.
"Mis amigos y yo ya hemos sido mimados lo suficiente por un Congreso amable hacia los millonarios. Ha llegado la hora de que nuestro Gobierno se ponga serio sobre el sacrificio compartido", apostilla Buffett.