Andy Murray apostó por el talento de Amelie Mauresmo para defender su título en Wimbledon. La nueva entrenadora del británico le ofrece 16 años de experiencia en el circuito femenenino en el que sorprendió tempranamente por su talento.
El coraje que marcó su carrera la llevó a ganarse en poco tiempo un lugar en la elite del tenis mundial. Levantó 25 títulos y alcanzó lo más alto del ranking en dos oportunidades (2004 y 2006). Sin embargo, para poder festejar en grande debió esperar un tiempo un poco más largo.
En 1999 disputó su primera final de un Grand Slam en Roland Garros, pero no correría con suerte. Cayó ante la suiza Martina Hingis. Pudo ser una derrota más, pero daría el tono de sus siguientes años de carrera, marcados por los bajos rendimientos en partidos claves. En torneos menores no tenía problemas, pero en los "grandes"' su tenis se trababa. Alcanzó cuatro semifinales de Grand Slams y nueve cuartos de final, pero los perdió todos.
Su deshogo recién llegaría en 2006, cuando disputó la definición de Australia. Tres de sus rivales, incluída su rival en la final, Justine Henin-Hardenne, tuvieron que abandonar. Pero daba lo mismo, fuera como fuera la gloria había llegado. Te invitamos a recordar los mejores momentos del episodio.