El argentino Eugenio "Rosco" Favre, piloto de cuadriciclos, fue el que peor tiempo registró en el último Rally Dakar disputado en Argentina, Bolivia y Chile, De hecho, el transandino terminó la prueba a 72 horas (tres días) del ganador de quads, Ignacio Casale. Y a 91 horas del vencedor en coches, Joan Roma.

"El Dakar es algo más que una competencia deportiva, es una experiencia de vida, es un cambio para siempre. Después de todo el sacrificio te recibís de dakariano y aprendés que la pelea siempre vale la pena, que no hay que rendirse nunca, incluso en retirada hay que seguir luchando", sostuvo en una entrevista a Infobae.

Lo anterior se explica a una serie de peripecias que tuvo que pasar durante la carrera. Una de ellas, cuando en Bolivia quedó con su cuadriciclo averiado en medio de un poblado, debió ser asistido por los lugareños. "Había casitas de barro, techos de paja y el camión que entraba justito, todos los vecinos hicieron piquete alrededor mío para que no me levanten. Los bolivianos me ayudaron a poner el reflector. Estaban contentos porque los dejé reparar la moto, ellos sienten que trabajaron en un auto del Dakar", relató.

La publicación argentina relató, además, que "en Chile, llegó a la aduana desde Bolivia cerca de las 3 de la madrugada y el paso estaba cerrado con candado, entonces hizo sonar las alarmas de los autos policiales. Así consiguió despertar a los oficiales y cruzar de país, para continuar en carrera".

Favre ahonda: "Llegué tan tarde a la aduana boliviana que no había nadie. En realidad, estaban durmiendo y no había forma de que salieran. Ya estaba por alcanzarme la madrugada. Como no había forma, pateé los autos que estaban estacionados, para que sonaran las alarmas. Por supuesto que no salieron con el mejor humor. Me amenazaron con que tenía que ir preso y la discusión se hizo eterna. A la mañana siguiente llegué al vivac de Calama y al ratito salí para la etapa siguiente".

Además, se destaca que incluso en el podio, en la Plaza Sotomayor en Valparaíso, debió ser remolcado debido a que el cuadriciclo quedó estropeado. Asimismo, se resalta que varias veces debió arrancar del camión barredor, un vehículo de gran porte que pasa por cada etapa y que recoge a los pilotos que quedan en el camino. Y si el camión supera a un piloto, éste queda fuera.

"El Dakar es la vida misma con cinco suegras, no podés tener tantas complicaciones. Cada vez que hacés un especial decís que no seguís porque te caes, te golpeas, te rompés, te perdés, pero termina y ves al público y te das cuenta que valió la pena", resumió el argentino que, si bien último, completó la prueba de la competencia tuerca más dura del mundo.