La Pontificia Comisión para la tutela de menores del Vaticano estudia la posibilidad de que "las personas que ocupan altos cargos dentro de la Iglesia" Católica puedan responder de casos relacionados con presuntos abusos sexuales.
"La Comisión es muy consciente de que la cuestión de responsabilidad es de suma importancia. Esta responsabilidad pasa por incrementar la consciencia y el entendimiento a todos los niveles de la Iglesia respecto a la seriedad y urgencia de implementar procesos de salvaguardia", afirmó la Comisión vaticana en un comunicado.
Por ello, apuesta por la "responsabilidad de las personas que ocupan altos cargos dentro de la Iglesia cuando existan acusaciones de abusos" y también por "desarrollar procedimientos para garantizar responsabilidad de todos en la Iglesia -clérigos, religiosos y laicos- que trabajen con menores".
La Comisión vaticana informó de que ha presentado esta y otras propuestas al Papa Francisco para que las tome en consideración.
El documento entregado a Jorge Bergoglio incluye otras medidas como ofrecer "atención pastoral a víctimas y sus familias", implementar programas de "educación", establecer "directrices de buenas prácticas", o aprobar "programas de formación a religiosos".
También, según la nota de prensa, se estudia el desarrollo de "seminarios para educar a los altos cargos de la Iglesia (Católica) sobre protección de menores".
Desde el 6 hasta el 8 de febrero, esta comisión ha celebrado su primera sesión plenaria en el Vaticano, después de ser constituida en diciembre de 2013 por voluntad del papa Francisco, que continuó con los esfuerzos al respecto de su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI.
El presidente de esta comisión, el cardenal estadounidense Seán Patrick O'Malley, dijo recientemente que el objetivo es "preparar a la Iglesia para responder cuando los religiosos no cumplan con sus obligaciones" y, sobre todo, "prevenir que se den estas situaciones".
En su opinión, "en el pasado se han cometido muchos errores que han causado dolor a las víctimas y a sus familiares. Hay que evitar que estos errores se sigan cometiendo y hacer de la Iglesia y del mundo un lugar más seguro para los niños".