Casi un mes después de la entrada del verano, la orilla del parisino río Sena se convirtió en un balneario en el que hasta el próximo 20 de agosto y sin salir de la capital francesa se podrá disfrutar de la arena, el sol y el agua.

Con termómetros que marcan más de 30 grados en París, el "Paris Plage" se abrió a turistas y locales que se han puesto el traje de baño para hacer kayac o relajarse en una tumbona a leer frente a la célebre catedral de Notre Dame.

Durante el próximo mes, la ciudad no sólo se acercará "al mar" sino que aumentará su oferta cultural a lo largo de sus 4 kilómetros de "playa": se celebrarán más de 30 conciertos y se realizarán diferentes tipos de talleres científicos y de diseño.

El deporte también juega un papel fundamental en la novena edición de "Paris Plage"; todos los días, a partir de las 8 de la mañana y hasta las 12 de la noche, se podrá jugar a la petanca, bailar o navegar en una canoa por el Sena.

En el primer día de la playa muchos de los asistentes coincidían en "lo positiva" que resulta esta iniciativa para quienes, debido a la crisis económica, no podrán salir este verano de la capital.

Mientras unos opinaban que "Paris Plage" ayudará a hacer el verano "menos caluroso y más llevadero", otros lo ven una salida para entretener a sus hijos.

El Ayuntamiento de París, con un presupuesto de 2,5 millones de euros, eliminó el tráfico que suele circular alrededor del Sena y lo sustituyó por 1.350 toneladas de arena.

En francés, inglés, español y alemán, el proyecto playero de París se instaló en internet este año por primera vez a través de la web www.parisplages.fr, en la que se informará de las actividades y acontecimientos que tengan lugar en la costa del Sena.

Nueva York, Londres, Roma, Berlín y Bruselas son algunas de las ciudades que vieron en esta simulación de playa una buena alternativa y han imitado a la capital parisina, que viene desarrollando esta actividad desde el año 2001.