"Fue positivo habernos ido juntos los dos equipos. Esto es fútbol, y no es más que eso". Así, Carlos Bueno, delantero de Universidad Católica, enfrentaba el viaje compartido de su equipo con el plantel de Universidad de Chile, su ex club, en el chárter que dispuso la ANFP para los finalistas de la Copa Chile, donde hoy buscarán conseguir los pasajes para la Copa Sudamericana del segundo semestre. Inéditamente, ambos elencos se trasladaron hasta Temuco en el mismo avión que transporta a la selección chilena, en un arriendo que supera los $ 40 millones, y que permitió ver a varios jugadores de la "U" y la UC compartir en el trayecto.
Ubicados ambos planteles uno al costado del otro, las miradas se clavaron precisamente en Bueno. Sus quejas, en cuanto a que los arbitrajes favorecían permanentemente a los azules, molestaron en el cuadro laico, donde el capitán José Rojas asomaba como uno de los ex compañeros del uruguayo, cuando éste militó en el equipo del chuncho.
"El viaje fue tranquilo. Los jugadores de la 'U' se ubicaron al costado izquierdo y los de la UC al derecho. Los más cercanos se saludaron, como Rojas con Meneses o Paulo (Garcés) con Alvarez o Martínez, por nombrar algunos. El resto casi no se miraron. El 'Pepe' (Rojas) fue el que más habló con Bueno, y éste aprovechó de bromear y comentarle sus dichos al capitán, porque era uno de los pocos compañeros que le quedaban cuando jugó en la 'U'. Fue un cara a cara entretenido, pero hubo aclaraciones", contaron en el plantel azul, cuando ya estaban instalados en el sur.
El puesto y los dineros
En este contexto, ambos planteles saben la importancia para sus clubes de insertarse en el segundo semestre en un torneo internacional, situación que asoma como clave para los jugadores, pero principalmente para los técnicos Darío Franco y Martín Lasarte, pensando en que, terminado también el campeonato nacional, serán evaluados, y no conseguir nada a nivel local posiblemente termine con la salida de los estrategos de sus respectivos bancos.
Entradas agotadas
Los tickets para el duelo de hoy se agotaron, ya que ayer se fueron los últimos 200 boletos que quedaban (Pacífico, $ 30 mil). La efervescencia en Temuco fue tal, que el martes de la semana pasada se habilitaron boleterías en el Estadio Germán Becker para ofrecer directamente al público 3.000 localidades, las que se fueron en una hora y media, quedando con las ganas otras 5.000 personas que buscaban un boleto.
Asimismo, la copa de plata que se entregará hoy al ganador tuvo un costo de $ 80 millones (con los arreglos que le hicieron al trofeo). Una cifra que no complicó a los organizadores del torneo, pensando en los números azules que arrojó la presente edición de la Copa Chile. Y es que en Temuco se cerrará hoy un torneo que se revalorizó en todos los sentidos. "Desde la final del 90, entre Unión Española y Colo Colo, que no se veía este interés en la Copa Chile. En el actual torneo de la Copa, las semifinales entre la 'U' y Unión y Católica con Cobreloa trajeron mucho público y recaudaciones", cuentan en la asociación.
Y tanto fue lo que atrajo el presente torneo de Copa Chile, que se adelanta que la venta de la franquicia del nombre del trofeo (en la actualidad es Copa Chile MTS) duplicará, al menos, su piso de venta, pensando en que por el actual logo se desembolsaron $ 80 millones. "Están vendidas todas las tandas comerciales, en cifras que en ediciones anteriores de esta Copa no se veían", añaden en Quilín, sobre un torneo que prendió tanto en Santiago como en regiones.