Un ingrediente del vino tinto, que también se encuentra en las uvas, los arándanos y otros vegetales, podría prevenir algunas enfermedades de vista derivadas de vasos sanguíneos dañados en la retina, según un estudio divulgado hoy.

El componente resveratrol añade una razón más a beber vino tinto, según los resultados de los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que se publica en la edición de julio de la revista American Journal of Pathology.

Sus efectos contra el envejecimiento podrían servir para nuevas terapias destinadas a enfermedades que pueden generar ceguera, como la retinopatía diabética, o la degeneración macular relacionada con la edad.

Experimentos en las retinas de ratones demostraron que el resveratrol pueden inhibir la angionesis, una patología que se deriva de la formación de vasos sanguíneos nuevos y que puede ser un elemento clave en el desarrollo de cánceres y en la aterosclerosis, el endurecimiento de las arterias por la acumulación de grasas.

Según la especialista Rajendra S. Apte, las investigaciones han permitido identificar una nueva manera de aplicar terapias relacionadas con estas enfermedades, a partir de la observación de vasos sanguíneos anormales en los ratones.

La aplicación del ingrediente del vino consiguió que los vasos anormales empezaran a desaparecer y también la prevención de que más aparecieran, según el equipo de Apte.

"Esta podría ser una terapia preventiva potencial en pacientes de alto riesgo. Y porque funcionó en vasos sanguíneos anómalos en animales, tal vez se puede aplicar como terapia después de que la angiogenesis empiece a ser dañina (para el ojo)", señaló.

La investigación fue financiada por el Instituto Nacional de la Vista de los Institutos de Salud y otras organizaciones relacionadas con el estudio de la ceguera y problemas de vista.