Los ciudadanos de Alabama escogían esta tarde a su segundo senador entre un republicano acusado de haber acosado a menores y un demócrata que quiere conquistar este estado profundamente conservador, en una votación que pone a prueba la popularidad del Presidente Donald Trump.
La campaña se centró en Roy Moore, un ex juez ultraconservador que quiere llevar al Senado su activismo religioso, pero que desde hace un mes es acusado de haber manoseado y acosado a dos menores en la década del 70.
"El país nos mira", declaró en un centro de votación en la localidad rural de Gallant, adonde llegó a lomos de caballo y luciendo un sombrero de vaquero. "No tengo miedo de los periodistas, deben dejar de escribir cosas falsas", lanzó.
Su rival, Doug Jones, ya advirtió que estos comicios son "los más importantes" de la historia del estado.
"Tenemos el sentimiento del deber cumplido, tras haber comenzado (esta carrera) con un pequeño equipo", aseguró el candidato demócrata, ex fiscal federal de 63 años.
La polémica entorno a Moore ha creado un debate dentro del Partido Republicano y ha abierto la posibilidad de que el escaño pase a manos demócratas por primera vez en un cuarto de siglo.
Congresistas y figuras relevantes de la formación han pedido a Moore retirarse, pero han acabado resignándose a una especie de derrota, sea cual sea el resultado.
Si gana, los republicanos podrían acabar "manchados" por el escándalo, en pleno examen de consciencia estadounidense ante la proliferación de denuncias públicas de acoso sexual contra personas conocidas.
Si pierde, la mayoría en la Cámara Alta del Congreso se quedaría con 51 de los 100 escaños, un margen de maniobra muy reducido para asegurar la aprobación de sus propuestas.
Ante esta situación, Trump entró de lleno en la campaña para conservar el puesto que dejó vacante Jeff Sessions al ser nombrado fiscal general, sin pensar en las elecciones legislativas de 2018 o en cómo quedará la imagen de los republicanos.
Necesito que Alabama vote por Roy Moore", repitió Trump el lunes. Moore ha adoptado la estrategia trumpista y ha calificado de "fake news" (noticias falsas) las acusaciones de las mujeres.
Además de su discurso tradicional en contra del aborto, los homosexuales y los transgénero, ha retomado los grandes temas de las presidenciales como la inmigración clandestina y la defensa, erigiéndose en socio de confianza del Presidente.
Su esposa Kayla ha defendido además su honor y rechazado las acusaciones.