Mientras uno se encuentra viviendo el rigor que enfrentan muchos futbolistas profesionales, el otro vive un proceso de autocrecimiento. Son Gamadiel García (37 años) y Carlos Soto (51). El primero es jugador activo y responde el teléfono desde el bus que transporta al plantel de Colchagua desde San Fernando hasta Vallenar, en un recorrido de más de 800 kilómetros. El segundo, lo hace desde la Corporación de Asistencia Judicial de Peñalolén, donde está realizando una procuraduría en el camino a obtener su título de abogado, proceso que muy probablemente lo tendrá el año próximo jurando ante la Corte Suprema.
Soto suma 22 años como miembro del directorio del Sindicato Interempresa de Futbolistas Profesionales, 18 de ellos como presidente, mientras que García intenta suplirlo, pues "ningún cargo resiste 18 años, se necesita un cambio", dice.
Es un camino complejo para la candidatura "disidente", porque deberá imponerse en un proceso que cuenta con 10 candidatos para cinco cargos. García integra un grupo con los arqueros Luis Marín (Temuco) y Fernando Burgos (Colchagua), por lo que necesita que los tres sean electos como miembros del directorio para poder encabezar la organización gremial (ver textos de Para Entender).
El volante formado en la U afirma que su crítica a Soto y su directorio apunta a los problemas no resueltos. "Seguimos luchando por las mismas cosas durante todos estos años y no hay una solución real. Ahí figuran los finiquitos y sueldos impagos durante meses o cancelados en fechas que no corresponden, la ausencia de seguros de salud para los jugadores ni vacaciones pagadas, como sucede con cualquier trabajador".
García explica que "si bien en el gremio y en la prensa hay conciencia sobre las dificultades que enfrentan muchos jugadores que ganan el mínimo, entre el público puede existir la sensación de que los futbolistas son privilegiados y ganan millones, pero esos son los menos".
También apunta al duro camino del retiro. "Es complicado, porque no todos tienen el patrimonio para estar siquiera un año sin jugar. Hace falta capacitación, porque es muy difícil encontrar trabajo cuando carecemos de un currículum laboral".
Sobre las dificultades que enfrentarán con Marín y Burgos al ser simultáneamente dirigentes y futbolistas activos, afirma que "contaremos con fuero sindical y nuestros empleadores lo saben. Trabajaremos con un grupo de profesionales para realizar una labor más ordenada y eficiente. Además, es una gran fortaleza estar jugando, porque cada fin de semana estamos en contacto con los compañeros y nos enteramos sobre lo que está pasando en cada equipo".
Soto, en tanto, resalta la actual circunstancia, al explicar que "este es el proceso que cuenta con el mayor número de candidatos. Eso es muy bueno para legitimar aún más al Sifup. La última votación contó con una participación del 90% de los sindicalizados, algo que pocas organizaciones pueden lograr".
También apunta al hecho de que "es muy difícil ser futbolista activo y dirigente gremial; yo tuve que retirarme antes de lo que hubiera querido por la presión que ejercieron sobre mí. Lo mismo les pasó a Carlos Ramos y a Ricardo Rojas, y Luis Pedro Figueroa también, aunque tiene la ventaja de estar en Colo Colo. Y no es sólo cuestión de hablar los fines de semana, porque es necesario ir a los entrenamientos y escuchar a los sindicalizados".