El presidente uruguayo José Mujica, fue hoy uno de los primeros ciudadanos en ejercer su derecho al voto en las elecciones generales de su país apenas se abrieron los circuitos electorales, en donde aprovechó para pedir a sus compatriotas que sufraguen "con bonhomía, alegría y tranquilidad".
Como es habitual en él, el mandatario acudió a votar en su vetusto Volkswagen "escarabajo" y acompañado por su mujer, la senadora Lucía Topolansky, en un centro juvenil de su barrio del Rincón del Cerro, en la periferia de Montevideo.
Allí lo aguardaban decenas de periodistas y curiosos, lo que produjo algún tumulto cuando el veterano presidente, un ex guerrillero tupamaro de 79 años salía del edificio y, sin detenerse, respondía algunas preguntas de la prensa.
Luego de votar Mujica acompañó a su esposa a un centro vecino para que ésta sufragara, y allí, mientras aguardaba pacientemente en el auto, aprovechó para opinar sobre las elecciones en su país, un proceso que calificó "como la definición cívica que toma el pueblo".
Fiel a su estilo filosófico, el mandatario, reconocido internacionalmente como el "presidente más pobre del mundo", insistió en una idea que repitió varias veces durante la semana y recordó a sus compatriotas que esta cita con las urnas "no es una guerra" y que si bien este "es un escalón importante" en la historia del país, "a éste ya lo hicieron antes y continuará después".
"Habrá alguien que se sienta triunfador, otros no tanto y alguno que se sienta perdedor, pero en realidad frente a la vida nadie pierde", añadió.
Según señaló, su papel el día de hoy es "acompañar a que cada cual resuelva en su conciencia" lo mejor para el país.
Mujica señaló además que pese a los planteos de algunos sectores políticos de que estas elecciones implican una separación de clases entre la izquierda y la derecha, a su juicio "los partidos uruguayos son policlasistas, algo distinto a los partidos europeos".
"En los partidos uruguayos hay algo de todas las clases sociales y por eso tienen sus contradicciones. Y también por eso son abiertos. Esa una característica peculiar, que creo que hay que mantener en el tiempo", añadió.
Mujica se negó a realizar valoraciones políticas, algo que dijo que solo hará si acaso "a partir de las 20 horas" al cierre de los colegios electorales e indicó que no buscará reunirse con su correligionario y candidato del oficialista Frente Amplio a la presidencia Tabaré Vázquez, porque éste "está en plena batalla" y no lo quería "molestar".
Así, indicó que sus planes para el día eran "arreglar unos canteros" en su granja y plantar tomates y calabacines, con la idea de "cansarse un poco" y así "dormir mejor".
Mujica dijo que una vez conocidos los resultados pensaba saludar a todos los contendientes, pero "a la distancia", y que no iba a meterse "ni en los festejos ni en las tristezas".
Además, dijo con vehemencia que llamaría también a la presidenta brasileña Dilma Rousseff cuando tenga la certeza "de que ganó" en las elecciones presidenciales de su país que también se disputan hoy.
El presidente, que por mandato constitucional no puede hacer campaña en las elecciones ni presentarse a la reelección, es cabeza de lista al Senado por el sector político que lideró en el seno del Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular (MPP), y casi con total seguridad será electo para ocupar una banca en la próxima legislatura.