El gobierno cree fundamental mantener la hegemonía en el Legislativo para garantizar la aprobación, sin obstáculos, de leyes y otras decisiones que considera clave para el avance del proceso de transformación que dice estar impulsando hacia el "socialismo del siglo XXI".

La oposición espera romper esa hegemonía, ejercer un contrapeso o introducir una fórmula de "equilibrio". También asegura que hay que retomar la función contralora de la Asamblea frente a los otros poderes, dominados por el oficialismo, a través de interpelaciones a ministros, investigaciones oficiales y otros mecanismos.

Las variaciones que se produzcan en el paisaje parlamentario cambiarán la dinámica del quehacer político, tal como se le ha conocido en el último lustro.

El campo de las especulaciones está abierto sobre cómo respondería el oficialismo en caso de una pérdida significativa de posiciones en el Legislativo. Sin olvidar el impacto que esto tendría sobre las elecciones presidenciales pautadas para 2012.

¿QUE SE ELIGE Y COMO SE ELIGE?
La Asamblea está conformada por 165 diputados. Un total de 110 son elegidos nominalmente, por nombre y apellido. Otros 52 serán distribuidos entre los partidos políticos, a través de las listas, y 3 corresponden a la representación indígena.

Cada uno de los 24 estados en que está dividido el país elige una combinación de diputados nominales, lista e indígenas, según su población.

Además, los venezolanos podrán elegir, por lista, la representación del país al Parlamento Latinoamericano.

¿CUANTOS DIPUTADOS SE NECESITAN PARA "GANAR" LA ASAMBLEA?
De acuerdo con la Constitución venezolana, la mayoría de las decisiones de envergadura de la Asamblea (como aprobación de leyes orgánicas) deben ser tomadas con el apoyo de dos tercios de la Cámara, esto es, 110 parlamentarios.

Otras, como la posibilidad de otorgar voto de censura al vicepresidente o los ministros, requieren de las tres quintas partes (99 diputados). El mismo número se requiere para aprobar una Ley Habilitante que autorice al jefe del Estado a legislar sobre ciertas materias.

El presidente Hugo Chávez ha dicho que espera obtener como mínimo dos tercios de la Asamblea.

Para la oposición, que parte prácticamente de cero, cualquier avance es ganancia, pero derrotar la aspiración presidencial – es decir, obtener al menos 56 diputados -- representaría una victoria contundente.

¿QUIEN TIENE MAYORES POSIBILIDADES?
Antes de la veda de publicación de encuestas, que entró en vigor a comienzos de esta semana, había pronósticos para todos los gustos.

En términos globales, empresas encuestadoras identificadas con diferentes bandos coincidían en que las tendencias parecían equilibradas.

Sin embargo, expertos electorales señalan que la distribución de los diputados podría no corresponderse con ese cuadro, debido a la forma en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) diseñó los circuitos de votación.

Es decir, obtener el 50% de los votos en todo el país podría no traducirse en 50% de curules en la Asamblea, dependiendo de en qué circuitos específicos se hayan capitalizado las victorias.

Por otro lado, los encuestadores señalan que lo fragmentado de la elección dificulta efectuar proyecciones.

¿QUE TEMAS ESTARIAN EN LA AGENDA DEL PROXIMO PARLAMENTO?
El oficialismo tiene una serie de proyectos relacionados con la participación popular en el tintero, como la Ley de Contraloría Social, la Ley de Participación Ciudadana o la Ley de Comunas.

Éstas contienen aspectos relativos a la reorganización de las comunidades, que asumirían competencias hasta ahora reservadas a las más tradicionales gobernaciones y alcaldías, así como sobre la naturaleza de la propiedad social.

Parte importante de estos polémicos proyectos, que recibieron un importante impulso en el primer semestre del año y luego fueron "congelados", son considerados por el oficialismo como fundamentales en la transición del capitalismo al socialismo.

¿ESTA GARANTIZADA LA TRANSPARENCIA DE LAS ELECCIONES?
El CNE, integrado por cuatro miembros de tendencia oficialista y uno identificado con la oposición, asegura que la voluntad popular será respetada por sobre todas las circunstancias.

La oposición, por su parte, dice haber aprendido la lección de 2005, cuando alegó falta de garantías y transparencia para abandonar el terreno electoral.

Ahora se dice satisfecha con que el sistema automatizado con que votará el 100% de los venezolanos pasa la prueba.

Sin embargo, recuerda que ninguna tecnología es "blindada", mantiene la queja sobre el diseño de circuitos electorales – que considera fueron "manipulados" para favorecer al oficialismo - y le reclama al CNE que permita que el sector ligado a Chávez abuse de poder y recursos para hacer campaña.

Por último, deplora que no se haya autorizado la presencia de observadores internacionales. De acuerdo con los reglamentos, habrá "acompañantes", que no podrán emitir opinión ni dar informes públicos sobre lo que vean y escuchen durante su estadía en Venezuela.