Elías Figueroa "ilumina" el Museo del Fútbol
El chileno figura entre los personajes de la colección ubicada bajo las gradas del Pacaembú, en Sao Paulo.
La colección de piezas que se agrupan en el Museo del Fútbol, que ocupa 6.900 metros cuadrados de superficie bajo las tribunas del estadio Pacaembú y fue inaugurado en 2008, impresiona. Incluso a los niños que circulan por la exhibición, quienes procuran prestarle atención al guía que los acompaña, pero que poco entienden de la historia del fútbol brasileño, que se resume en cinco títulos mundiales. Ese elemento constituye el eje de la atracción turística, una de las siete más destacadas por los millones de visitantes que, cada año, recorren el recinto de Sao Paulo y cuya construcción costó 20 millones de dólares. La entrada general cuesta seis reales, unos mil quinientos pesos. Los niños y los adultos mayores pagan la mitad. Lo administra el Instituto del Arte del fútbol brasileño.
Pelé protagoniza varios de los afiches, algunos virtuales, y de los videos que circulan en modernas pantallas. Pero las menciones alcanzan también para Garrincha, Didí, Djalma Santos y Carlos Alberto. Y para los contemporáneos Roberto Carlos, Ronaldo y Ronaldinho. Sus reseñas forman parte del "memorial" que reconoce a los mejores futbolistas de la historia. Diego Maradona, el principal enemigo deportivo de "O Rei", ocupa un lugar secundario. El argentino apenas asoma en un par de fotos vinculadas al título en México '86.
Entre tantas estrellas y objetos que ayudan a recorrer el desarrollo del balompié brasileño desde su inserción, a fines del siglo XIX, gracias al paulista de origen escocés Charles Miller, quien lo "importó" en su viaje a Gran Bretaña, donde desarrolló sus estudios, figura un chileno: Elías Figueroa. El mejor futbolista nacional de la historia aparece en un video que muestra la jugada por la que más lo recuerdan los hinchas de Internacional de Porto Alegre: el "gol iluminado", que les dio el título de 1975 ante Cruzeiro. Fue un cabezazo. El porteño se impuso a los centrales de "A Raposa". Al impactar el balón, un rayo de sol surgió desde el cielo cubierto de nubes y se reflejó justo en el sitio en que el defensor superó a sus marcadores para anotar.
En Brasil, "Don Elías" recibe, periódicamente, reconocimientos por su trayectoria y, cómo no, por el gol más importante de su carrera. El lunes participó en la ceremonia de reinauguración del estadio Beira-Rio, en la que fue homenajeado por la conquista que le dio a los "colorados" el primer título del Brasileirao en su historia. Durante el show recreó la jugada.
El museo cuenta con numerosos objetos, grandes muestras fotográficas, paneles que destacan los principales registros del fútbol brasileño y de sus exponentes más connotados. Figura la camiseta que Edson Arantes utilizó en la final del Mundial de México de 1970, que consagró al que gran parte de los especialistas consideran como el mejor equipo de la historia. También se detalla parte de la historia del país contada desde el fútbol y algunas fotografías históricas que reflejan la evolución de la nación. También hay un espacio reservado para las principales "torcidas" y sus cánticos, que entusiasman a los visitantes más pequeños, quienes no tardan en adueñarse de los "taca-taca" de una sala contigua.
Uno de los salones repasa cada uno de los torneos globales. El que organizó Chile, en 1962, también tiene un espacio destacado. Ahí Brasil obtuvo su segundo título, liderados por Garrincha, quien relevó al lesionado Pelé. Nuestro país también aparece representado en una imagen de Salvador Allende.
Hay otro hito que cuenta con un espacio diferente: el "Maracanazo". A través de una pantalla gigante, se repasa el momento más amargo para el pueblo brasileño. "El Maracaná fue construido para ser campeones del mundo", se escucha en la pieza audiovisual. "1-0 Brasil. La Copa es nuestra. 1-1. La Copa aún es nuestra. 2-1 Uruguay. El corazón de Brasil se para", continúa, en alusión al duro momento que unos 200 mil hinchas presenciaron en el recinto de Río de Janeiro y millones siguieron a través de la radio. "Es el momento más amargo, probablemente, para los brasileños y la historia del país", dice Diogo, guía el tour, que explica en detalle los principales objetos de los cientos con que cuenta la muestra. "En ese momento, comienza a levantarse el fútbol brasileño. Fue un duro golpe, pero sirvió para que nos transformáramos en una potencia", agrega.
Ese tropiezo genera el principal temor que persigue a los hinchas brasileños antes del torneo que comenzará en junio: que la historia se respeta. "Todos queremos ganar la Copa de 2014. Ojalá podamos tomarnos revancha, después de tanto tiempo. No quiero imaginar qué sucedería si volvemos a perder el título. Todos confiamos en que eso no sucederá, porque tenemos grandes jugadores", cierra Diogo antes de despedirse e iniciar otra excursión.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.