La hegemonía de la Premier League durante los últimos años en Europa ha tenido señales claras de una detención en la temporada 2014-2015. La eliminación de Liverpool en fase de grupos y del puntero en Inglaterra, Chelsea, en octavos de final, evidencian una crisis que probablemente se profundice con las situaciones de Manchester City y Arsenal, quienes llegarán en desventaja a sus revanchas de Champions League en la próxima semana.
Salvo en la temporada 2012-2013, en la que Chelsea igualmente pudo obtener la Europa League, las actuaciones de los conjuntos británicos en los últimos 10 años fueron positivas, siempre con elencos, por lo menos, en cuartos de final. De hecho, en las temporadas 2006-2007 y 2007-2008, por ejemplo, la Premier tuvo tres de los cuatro semifinalistas en el torneo continental más importante.
La crisis también se extiende a la Europa League, donde entre los 16 mejores equipos solo Everton representa a Inglaterra. Hull City, Tottenham Hotspur y Liverpool, que ya había quedado fuera en un grupo muy accesible en Champions, se despidieron tempranamente.
El caso de la Premier ha tenido duras respuestas con ligas que han enterrado el clásico predominio de España, Italia e Inglaterra en el concierto internacional. Francia, con el PSG y posiblemente Mónaco en cuartos en la actual Champions, y Alemania, con tres equipos en carrera y un Schalke 04 que fue muy dignamente eliminado por Real Madrid, están ganando terreno desde hace algunos años.