Ellis: El último boxeador chileno fallecido tras una pelea
Se cumplen 21 años de la muerte de David Ellis. La justicia cerró el caso en 2001, pero varios cabos siguen sueltos.
Abdenago "Danny" Jofré (48) escucha dos palabras y se estremece: "David Ellis". Está en Coyhaique sólo para visitar a su familia, pues al poco tiempo de la pelea decidió radicarse en Comodoro Rivadavia (Argentina). Ya no aguantaba que en la calle le gritaran "asesino". Tantos años después, la consulta lo pilla de sorpresa. "Una colega tuya de la tele me hizo arrodillarme en una iglesia para pedir perdón, pero nunca me pagó la plata prometida. La verdad es que yo no era culpable. Los errores fueron de la gente que estuvo ahí esa noche", acusa el ex pugilista, mientras empieza a recordar el capítulo más difícil de su vida. "Estuve rejodido, culpándome de todo. Además, se vino abajo mi carrera, y tú sabes que los boxeadores somos humildes, peleamos por unas monedas", agrega Jofré.
La bolsa de la pelea que le cambió la vida a Jofré y se la quitó a David Ellis era de $ 130 mil, con los cuales este último tenía pensado comprar regalos de Navidad. En la línea estaba el título nacional de los mediano ligeros (hasta 69,5 kilos), que el talquino Felipe Carvallo había dejado vacante unos meses antes. La reyerta se disputaría el viernes 20 de diciembre de 1991 en el gimnasio municipal de Coyhaique, a 12 asaltos. Ellis le había prometido tanto a su madre como a su esposa que sería su último combate.
Hasta el undécimo asalto, las tarjetas de dos de los tres jueces eran parejas, mientras la otra favorecía ampliamente a Jofré. Entonces, Ellis fue incapaz de seguir aguantando el castigo. Levantó las manos, en señal de abandono, pero Jofré conectó cuatro golpes más, antes que el árbitro Teodoro "Salchicha" Ruiz declarara el nocaut técnico. "Lamentablemente no pude trabajar los 12 rounds, pero fue una bonita pelea", manifestó Jofré al final.
Ellis, apodado "La Furia", habló con las radios regionales y se fue a camarines, algo mareado. Se duchó, recibió un par de puntos en el párpado izquierdo en el hospital y luego se dirigió al asado que la organización había preparado. "Ibamos caminando cuando me avisan que Ellis había vomitado en la calle y le dolía mucho la cabeza. Un dirigente de Coyhaique lo llevó al hospital y después de eso no lo vimos más", cuenta Sergio Miranda, veedor de la pelea. El púgil de La Pincoya nunca recuperó la conciencia. Según el diagnóstico del médico Sergio Gaete, el paciente presentaba un hematoma subdural izquierdo agudo. Al día siguiente, se le realizó una craneotomía para reducir la presión en el cerebro; nueve días después murió en el Instituto de Neurocirugía de Santiago. Tenía 29 años.
GOLPE SECO
Una antigua transcripción del reglamento de boxeo y las 192 fojas del caso Ellis fueron los únicos documentos que se salvaron de la basura, cuando el ex árbitro y tesorero de la Federación Chilena de Boxeo Eduardo Wright (64) botó sus papeles: "No sé por qué guardé la investigación, quizás por todo el tiempo que le dedicamos con Germán Fuentes".
Ambos fueron los designados por la mesa directiva, entonces presidida por Miguel Moreno, para hacer una especie de sumario para encontrar responsabilidades. Wright estaba fuertemente ligado al caso, pues, en primera instancia, sería el veedor de la pelea, pero no viajó a Coyhaique porque no le garantizaban el pasaje de regreso. Al final, su boleto fue usado por el propio Ellis.
Las conclusiones de su investigación fueron contundentes: "El fallecimiento del pugilista David Ellis (...) no fue producto de una acción fortuita ni accidental. Tenemos la firme convicción que este hecho es la consecuencia de una serie de deficiencias, errores y omisiones que se encadenaron para generar un desenlace fatal". El escrito se hizo público a fines de 1993, casi dos años después.
La directiva se dividió en torno al informe. Luis Valenzuela, hoy secretario del Club México, formaba parte de la mesa y lo recibió favorablemente. "Fue una tormenta perfecta. No se cumplió la cadena de seguridad. La pelea no debió hacerse, porque ese hombre no estaba sano y no tenía méritos para disputar un título", indica el ex Fechibox. Efectivamente, el registro de Ellis era pobrísimo: 3 victorias, 14 derrotas (5 KO) y 4 empates.
El principal argumento es médico. Un electroencefalograma firmado por la doctora María Luisa Cordero y obtenido un mes antes de la batalla (18/11) detectó secuelas de un TEC. Pese a esto, la especialista de la federación, Vivian Bustos, le entregó el pase médico a Ellis el 12 de diciembre. "Es una gran profesional, pero se debe haber arrepentido para toda su vida", acota Valenzuela.
Según el informe, los púgiles no tenían registros médicos al día. Pese a eso, el galeno de Coyhaique Jaime Ceballos dio la autorización definitiva. "Debiera haberse parado la pelea antes. Yo no tenía la capacidad de hacerlo, pero el médico y el entrenador podrían haberlo hecho si se les hubiese requerido", comenta Miranda, apuntando también a la esquina de Ellis, ocupada por Fidel Aros, un técnico no inscrito en la federación que le fue asignado ante la ausencia del titular, Arturo Sandoval. "Una versión, que nunca fue corroborada, indicaba que Aros quiso tirar la toalla, pero el promotor (René Haro) no lo dejó", recuerda Valenzuela.
La actuación del árbitro también fue criticada, pues su intervención habría sido tardía. "Ruiz no tenía la competencia para arbitrar por un título de Chile", opina Wright, mientras que Miranda reconoce que lo ocurrido "fue algo que le pesó a Ruiz hasta que murió", un año después.
Las responsabilidades repartidas por el sumario interno salpicaron a altos directivos de la federación, pero el timonel de la época aún desmiente su validez. "Fue redactado por disidentes del directorio. En ese caso se cumplió con el protocolo, pero la infraestructura hospitalaria no era la adecuada en Coyhaique", expresa Moreno. Wright discrepa: "Fue responsabilidad de todos nosotros. Ellis falleció porque fuimos irresponsables. Si nos llamaba la justicia, había que acatar".
En paralelo, el 13 de enero de 1992, la familia de Ellis presentó una querella contra quienes resultaran responsables, que derivó en acusaciones por cuasidelito de homicidio en contra de la doctora Bustos y Alejandro Marincovich, presidente de la Comisión Nacional de Boxeo Profesional. El caso fue sobreseído recién en 2001 y hoy está archivado.
EL SUELO, ETERNA COMPAÑIA
Lorenzo Ellis y María Venegas, padres del boxeador y principales impulsores de la querella criminal, fallecieron hace dos y tres años, respectivamente. "Mi mamá lo echaba mucho de menos, tanto que se dejó morir", comenta Luz María Ellis, hermana del pugilista. Su hijo Andrés quiso boxear, pero se lo prohibieron. La mayor parte de la familia sigue viviendo en La Pincoya, salvo la viuda, Cecilia Sánchez, quien se devolvió a Bolivia junto a la hija de ambos, Yeisy.
El árbitro Ruiz y el entrenador Sandoval también murieron. El ex presidente Moreno es hoy vicepresidente del PRSD, mientras que la doctora Bustos trabaja en el Servicio Médico Legal. Wright y Fuentes jubilaron y se alejaron del boxeo.
Los restos de Ellis están en el nicho 49 del Mausoleo del Círculo de Antiguos Deportistas Juan Ramsay, en el Cementerio General, pero corren riesgo de ser arrojados a la fosa común. El mayor homenaje que recibió después de su trágica muerte fue la canción Un hombre muerto en el ring, de Los Petinellis, de 2003. Sobre el final del video, Alvaro Henríquez se desploma sobre la lona, detrás de una foto enmarcada del boxeador.
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