La segunda fuerza guerrillera de Colombia reconoció el jueves su responsabilidad en el reciente ataque armado a la caravana de la candidata presidencial izquierdista Aída Avella y le pidió disculpas por el hecho, que levantó temores a una reactivación de la violencia política.

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), en un primer pronunciamiento esta semana luego de que el gobierno lo acusó del ataque ocurrido el domingo que no dejó lesionados, responsabilizó a fuerzas de extrema derecha.

Pero en un comunicado este jueves, dijo que el incidente se produjo cuando algunas de sus unidades intentaron detener la caravana de 12 vehículos en la que se desplazaba la líder política para averiguar el motivo de su presencia en la zona.

"Por tratarse de una zona de enfrentamientos continuos entre la insurgencia, y las Fuerzas Militares y paramilitares del régimen, por seguridad y defensa, de manera permanente se mantiene un control sobre los vehículos que penetran en estas carreteras secundarias", aseguró el grupo rebelde.

El ataque, el primero que compromete la seguridad de uno de los candidatos para los comicios de mayo en los que el presidente Juan Manuel Santos buscará su reelección, se registró en el departamento de Arauca, una próspera región ganadera y petrolera del noreste del país.

"Lamentamos profundamente este incidente y por él pedimos disculpas a la candidata Aída Avella, al tiempo que tomaremos las medidas necesarias, para que tales hechos no vuelvan a ocurrir", agregó.

La candidata, quien registra entre 1 y 2 por ciento de intención de voto en las encuestas, ya había escapado ilesa en 1996 de un ataque con un cohete que paramilitares de ultraderecha dispararon contra su vehículo en una autopista de Bogotá.

La mujer de 65 años permaneció en el exilio durante los últimos 17 años y es una de las fundadoras de la Unión Patriótica, partido que surgió en 1985 de un fallido proceso de paz entre el Gobierno del ex presidente Belisario Betancur y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).