Ni los millones del París Saint-Germain, ni la solidez del Mónaco han servido para amedrentar al Olympique de Marsella, que dirigido por Marcelo Bielsa encabeza cuando casi se ha disputado un cuarto del campeonato.

Los números del equipo del "Loco" y el juego desplegado, que recibe elogios, son ya un fenómeno en Francia, donde comienza a especularse con la posibilidad de que el Olympique arrebate al PSG un título que todo el mundo le daba por seguro. 

En Marsella, el discurso que predomina es el de la prudencia y el entrenador, afirma que solo piensa "en el siguiente partido".

Pero, de momento, el técnico de Rosario ha logrado detener la dinámica negativa de las últimas temporadas en un club que parecía en proceso de autodestrucción.

Sus métodos, su gusto por el fútbol ofensivo, su personalidad han conquistado a una ciudad que le vio llegar con tanta ilusión como escepticismo.

Siete triunfos consecutivos han acabado con toda resistencia interna. Con pocos refuerzos y en conflicto con los dirigentes, el argentino ha sabido sacar rendimiento a un plantel que en pasadas temporadas decepcionó y en la anterior no logró clasificarse para ningun torneo europeo.

El mejor símbolo es el atacante André-Pierre Gignac, perdido en el anonimato de un club mediocre y que, de la mano de Bielsa, ha sumado nueve tantos.

"Ahora trabajamos, cosa que antes no sucedía", asegura el jugador en un claro mensaje a sus anteriores técnicos.

Así, el Marsella desprende una imagen de trabajadores incansables que contrasta con las estrellas del PSG y que, por el momento, está dando mejor resultado que el multimillonario proyecto parisiense que dirige Laurent Blanc.

Pero ni Bielsa ni el Marsella se creen todavía que el trabajo esté finalizado, entre otras cosas porque el equipo no ha afrontado por el momento a ninguno de los que parece que serán sus rivales directos.

"Veremos el valor de este equipo cuando hayamos jugado contra los grandes", afirmaba hace unos días Bielsa para espantar el fantasma de la euforia.

En el último mes y medio, solo ha realizado un cambio en el once titular, lo que amenaza con cansar al equipo pese a que, a diferencia de sus principales rivales, no tiene que afrontar competiciones europeas.

Por el momento, el "Loco" ha logrado ganarse el respeto de todo un país, aunque es pronto para saber si eso será suficiente para sumar títulos.

Sus métodos ya son estudiados con cuidado en Francia y eso, para un hombre tan meticuloso como el de Rosario, es ya una ganancia de tiempo en busca de resultados.