Emanuelle Silva tomó la posta de los grandes patinadores de velocidad que ha dado Chile. Y lo ha sabido hacer con logros que lo ponen en la vanguardia nacional.

En los Juegos Sudamericanos de Santiago 2014, tuvo su estreno en los podios grandes, con el oro en los 200 metros contrarreloj. Al año siguiente, subiría la vara con otra medalla dorada en la misma prueba, pero esta vez en los Juegos Panamericanos de Toronto.

Su éxito se produjo 24 años después del único oro que había conseguido el patín carrera chileno en unos Panamericanos, un hito que había conseguido el legendario ícono Francisco Fuentes en La Habana 91, quien ha sido parte fundamental en el desarrollo de Emanuelle.

Su carrera ha ido en ascenso y esta temporada consiguió una presea de plata en el Mundial de Naijing, China, que se suma al primer lugar que alcanzó en el Mundial Juvenil de Corea del Sur en 2012.

Oriundo de Cerro Navia, encontró su vocación luego de probar en el fútbol y el básquetbol. De ahí en adelante no falló.

Quizás el sinsabor más grande que ha experimentado tuvo que ver con el robo de sus patines, poco después de su regreso de Toronto. La situación afectó seriamente su planificación y motivó que el filántropo Leonardo Farkas le donara $ 5 millones para reponer sus implementos.

Con un hijo de tres años, Emanuelle busca seguir alcanzando medallas y que algún día su hijo se convierta en su sucesor en un deporte, donde la perseverancia es fundamental para alcanzar las metas.