El embajador de Estados Unidos en Moscú, John Beyrle, aseguró hoy que la activista rusa Natalia Estemírova, asesinada ayer en el Cáucaso, era consciente del peligro que corría.
"Natalia Estemírova comprendía muy bien el peligro que corría por su trabajo en Chechenia, pero no se dejaba intimidar", señaló Beyrle en un comunicado emitido por la legación estadounidense.
"La echaremos de menos. Apoyamos todos los esfuerzos para llevar a los responsables de ese cobarde crimen ante la Justicia. Natalia esperaría eso de nosotros", afirmó.
Beyrle considera que Estemírova, que fue secuestrada en Grozny, capital chechena, y su cuerpo hallado cerca de una carretera en la república norcaucásica rusa de Ingushetia, "era una de las personalidades rusas más destacadas".
"Natalia era una incansable defensora de los derechos y la dignidad de muchas personas. Todos los que la conocíamos respetábamos profundamente su trabajo y muchos estadounidenses me han pedido que exprese las condolencias a su familia", añadió.
La Unión Europea (UE) también condenó hoy el asesinato de la activista e instó a las autoridades rusas a investigar en detalle los hechos y llevar a los responsables ante la Justicia.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, expresó ayer su "indignación" por el crimen y encomendó al comité de instrucción de la Fiscalía que investigue el caso.
Estemírova, que trabajaba para la organización rusa de derechos humanos Memorial, fundada en 1989 por el Premio Nobel de la Paz, Andréi Sájarov, se dedicaba a documentar los secuestros, ejecuciones sumarias, torturas y otros abusos