El domingo pasado, el presidenciable de la Alianza, Sebastián Piñera, estaba en París cuando recibió un llamado del Palacio de la Moncloa con un importante mensaje: el Presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), le concedía una audiencia para el miércoles.
Aunque el encuentro fue solicitado por su comando antes de iniciar su gira por Europa -en la que sostuvo conversaciones con el Presidente de Francia, Nicolás Sarkosy, y el líder conservador inglés, David Cameron-, en Madrid también contó con la colaboración clave del embajador chileno, Gonzalo Martner (PS).
"Lo que he hecho es constatar que había una petición de audiencia hecha en Santiago al embajador de España en Chile, y no había respuesta por temas de agenda. Lo que hice fue simplemente consultar si había posibilidad de ajustar esa agenda y me dijeron que sí", comentó Martner a La Tercera.
La audiencia -que había sido mantenida en secreto para evitar que el gobierno hiciera gestiones para impedirla, según confidencian en el comando de Piñera- sorprendió a la Cancillería y a La Moneda, ya que tampoco Martner alertó a Santiago. En el oficialismo y en el comando del abanderado Eduardo Frei también molestó la reunión.
Altos funcionarios de gobierno reconocieron en privado haberse enterado sólo por la prensa ayer en la mañana o cerca del mediodía.
La reunión, que se prolongó cerca de una hora y media, sorprendió a La Moneda, ya que escapaba de un mero saludo protocolar y fue ampliamente divulgada (video y fotos) por la dirección de prensa del gobierno español.
Pero lo que más inquietaba en Palacio es lo que Rodríguez Zapatero representa. Ha sido modelo inspirador del gobierno de Bachelet, quien en reiteradas ocasiones ha declarado su admiración por el Presidente socialista español.
La vocera de Gobierno, Carolina Tohá, y el canciller, Mariano Fernández, optaron por no hacer comentarios. El único que reaccionó fue el ministro de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, quien se limitó a justificar el rol de Martner. "Los embajadores son del gobierno y de todos los chilenos", dijo el ministro, quien -en todo caso- declinó opinar sobre la audiencia concedida por La Moncloa al presidenciable opositor.
Por el contrario, la audiencia fue celebraba por Piñera como la coronación de una "gira exitosa".
El candidato de la Alianza destacó que inicialmente la reunión estaba prevista por media hora: "Tuve que decirle, Presidente, estoy dispuesto a quedarme una semana entera en La Moncloa, pero usted tiene muchas cosas que hacer, porque llevábamos casi dos horas conversando".
Además, Piñera sostuvo que el gobernante español "nos dio muchos consejos de cómo gobernar, de campaña. Me sentí saliendo de haber conversado con un amigo de toda una vida. No lo conocía personalmente. Pero tuvimos dos horas de esa cosa que se dice sintonía, química", dijo Piñera a La Tercera.
En la cita, además, conversaron sobre Bachelet, la economía mundial, el panorama preelectoral en Chile y la situación de Honduras.
En la embajada de España en Santiago, en tanto, señalaron que Rodríguez Zapatero, quien recibió en febrero a Eduardo Frei, normalmente recibe a los líderes de distintos países, sin importarle su identificación política.