El embajador estadounidense Christopher Stevens había servido como enviado ante los rebeldes libios desde las primeras semanas de la revuelta en febrero de 2011, durante la cual los aviones  de la OTAN ayudaron a los rebeldes a derrocar al régimen de cuatro décadas de Muammar Gaddafi y colaboraron eventualmente en su captura y muerte.

"Estuve emocionado de ver al pueblo libio levantarse y reclamar sus  derechos", decía el diplomático en la introducción de un video divulgado por el  departamento de Estado poco después de que fuera designado como embajador en  mayo de 2012. "Ahora estoy emocionado por volver a Libia y continuar con el gran trabajo  que hemos comenzado, construyendo una sólida relación entre Estados Unidos y  Libia y ayudar, al pueblo libio, a alcanzar sus objetivos", añadía.

En el video, Stevens hablaba sobre su infancia y juventud en California y  su graduación en la Universidad de California, en Berkeley.

Describía como se enamoró de Medio Oriente y Africa del Norte durante sus dos años de servicio en los Cuerpos de Paz, cuando trabajó como maestro de  inglés en las montañas Atlas de Marruecos.

Stevens murió anoche durante un ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi encabezado por islamistas que protestaban por una  película amateur hecha en Estados Unidos que afirmaban se burlaba del Islam,  menos de seis meses después de haber sido designado en ese puesto.

Se unió al departamento de Estado y se desempeñó como funcionario del servicio exterior en Jerusalén, Damasco, El Cairo y Riyadh.

El diplomático, que también hablaba árabe y francés, sirvió además en Libia  como jefe adjunto de misión entre 2007 y 2009, poco después de que Estados  Unidos reanudara sus relaciones con el régimen de Kadafi.

No estaba claro en lo inmediato porqué Stevens se encontraba en el  consulado de Bengazi en el momento del ataque anoche o si los  atacantes que lanzaron los cohetes que incendiaron el edificio sabían que él se  encontraba allí.

Durante el gobierno de Gaddafi una manifestación islamista como la que se  produjo la noche del martes era inconcebible, pero la "libre, democrática y  próspera Libia" que Stevens ayudó a construir ayudó a que ello fuera posible.