Es el escogido de los modestos. No ha tenido siquiera la oportunidad de acercarse como candidato a los clubes más poderosos del país. A nadie le parece coherente que un director técnico que ha pasado por Melipilla, Unión La Calera y Palestino sea el adecuado para dirigir a equipos cuya única meta anual es ser campeones y/o clasificar a las competiciones internacionales. No, supuestamente Emiliano Astorga no es el personaje apto para alcanzar metas tan ambiciosas, pero él se lo toma con calma y, donde esté, siempre obtiene rendimientos sobresalientes, aunque el presupuesto sea poco, la cancha sea mala o le vendan a los mejores del plantel al cabo de cada torneo. El sanantonino siempre se las amaña para que los clubes que lo contratan logren ubicaciones destacadas o, al menos, aquellas posiciones que les permitan mirar desde lejos la amenaza del descenso.
Difícil comienzo
La consistencia de su trabajo se comprobó incluso en sus primeros pasos como entrenador, en Deportes Melipilla. En 2009 reemplazó al holandés Jorris Smit, quien tenía al equipo en serio riesgo de perder la categoría. Astorga lo hizo tan bien, que los Potros subieron rápidamente hasta el cuarto lugar, pero igualmente descendieron, pero por razones administrativas, pues no fueron pagados los sueldos ni las cotizaciones previsionales.
Esa campaña bastó para que fuera fichado por uno de los clubes que defendió como zaguero, Unión La Calera, con el que clasificó de modo permanente a los playoffs, en los mejores campeonatos de los cementeros en décadas. Desde ahí la historia se hace conocida hasta llegar a Santiago Wanderers. Con los porteños, suma seis puntos, al igual que Huachipato, Unión Española y Universidad de Chile, su rival de hoy en el Estadio Nacional (15.30).
Ahora se siente particularmente satisfecho. "Es un paso importante", explica, sobre su fichaje en el cuadro de Valparaíso. "Es un club importante, que representa a una gran ciudad y cuenta con una gran hinchada. Tiene estadio nuevo, además, y el complejo de Mantagua es precioso, donde también se preparan las inferiores, y tiene todo para trabajar como corresponde".
¿Está satisfecho por la forma en que se ha reforzado Wanderers?
Hemos trabajado bastante bien hasta el momento. Tratamos de traer los refuerzos específicos para algunas posiciones importantes. Por eso trajimos un lateral izquierdo, Gonzalo Barriga; un volante de salida, Jorge Luna; a Marco Medel, como volante mixto, además de Roberto Gutiérrez. Todo eso complementa la base que quedó del plantel anterior. Creo que ha sido una buena mezcla. En el caso de Barriga, es un reencuentro después de muchos años... Sí, a él lo tuve en Melipilla y en La Calera, donde nos aportó mucho. Después hizo buenas temporadas en Unión Española y O'Higgins hasta que se presentó esta oportunidad, que él aceptó de inmediato, porque sabe cómo trabajamos en este cuerpo técnico. A él lo conocí cuando jugaba y estudiaba (el lateral-volante es ingeniero comercial) y desde siempre se mostró como un jugador disciplinado, serio. Gente así siempre va a rendir.
¿No se cansa de estar en clubes donde año a año les sacan a los jugadores de mayor rendimiento?
Esa es parte de tu trabajo. Cuando no hay muchos recursos uno sabe a lo que está expuesto. Siempre hemos tratado de ser ordenados, de conseguir jugadores que estuvieran al alcance de cada club. Por suerte, los refuerzos generalmente rindieron y siento que como cuerpo técnico también hemos ido creciendo en la medida de las exigencias.
¿Cómo definiría su estilo de juego?
No sé... está muy de moda que los equipos salgan con todo al ataque, pero son pocos los que pueden sostener ese planteamiento con eficiencia. Uno debe cumplir de acuerdo con sus posibilidades. A mí me gusta ser ordenado, pragmático, hacer lo que está a mi alcance. Para eso necesito jugadores disciplinados y solidarios, que sepan moverse y ordenarse en la cancha. Eso puede atenuar o hacer desaparecer las diferencias de presupuesto o jerarquía individual. Como entrenador puedo decir que me formé en un estilo clásico, en el Colegio Técnico con don Pedro Morales.
Usted siempre ha estado en equipos que lucha por objetivos sencillos... ¿No siente que aún falta que le den la oportunidad de dirigir en clubes como Colo Colo, la U o Universidad Católica?
Siempre nos hemos preocupado de trabajar bien y en nuestro recorrido por diferentes equipos siempre se nos dieron buenos resultados, buenas campañas. Sé que en algún momento me llegará la oportunidad de dirigir en algún club grande de Santiago, pero ahora siento que he dado un gran salto en Wanderers, un equipo con una tradición centenaria y que provoca mucha atención. Me siento muy tranquilo.
¿Tranquilo, a pesar de que mañana (hoy) se mide con la U, que ya muchos ven como candidato al título?
La U viene muy bien, tiene muy buen plantel y un buen técnico. Será un partido atractivo, pero todo dependerá de cómo Wanderers lo planifiquemos. Hay que rendir a muy buen nivel y hacer un planteamiento inteligente.
¿Cuáles son los puntos fuertes, hablando en términos más específicos, de la U?
Por lo que he visto en estos dos partidos, tiene tres delanteros que son y están en un gran nivel: Ubilla, Canales, el Pato Rubio y también Gutiérrez, son gente que produce mucho peligro. Son muy fuertes. En el sector derecho trabajan mucho. Hay que tener mucha precaución para equiparar las fuerzas. Por ahora, en todo caso, nadie puede hablar de candidatos al título. Han pasado apenas dos partidos. Esto apenas está comenzando.