Emma Watson dice que para los estudios Warner Bros., encargados de la franquicia de Harry Potter, fue una "molestia en el trasero". La actriz, que se encuentra próxima a estrenar la última entrega de la saga, el 15 de julio, se sinceró con la revista Vogue, sobre las dificultades que significaron para ella y para el estudio, su decisión de enrolarse en la prestigiosa universidad Brown, al mismo tiempo que filmaba las últimas películas.

"He sentido que en los últimos diez años he tenido esta batalla, he luchado mucho por tener una educación", comentó Watson a la publicación. "Yo era el problema de horarios" para Warner Bros., comenta, en cuanto los estudios se vieron obligados a modificar los horarios de grabación, para poder adecuarlos a sus estudios.

La convicción de la actriz llegó hasta el punto en que amenazó al estudio con no trabajar en las últimas películas, si no se adecuaban a su horario universitario.

Aún así, la actriz anunció hace algunas semanas que se tomaría un tiempo de los estudios universitarios, para poder concentrarse en su carrera, aunque con la ilusión de volver a las aulas.

Watson se encuentra trabajando en la adaptación cinematográfica del libro The Perks of Being a Wallflower, en el que tendrá que actuar con acento estadounidense, e interpretar a un personaje completamente diferente a Hermione Granger de Harry Potter. Pero eso es lo que Watson quiere. "Voy a hacer lo que quiero hacer", aseguró a Vogue, "voy a ser quien soy, voy a averiguar qué es eso".