Según cuenta de entrada el mismo Emmanuel, su llegada a Santiago -ayer a las seis de la mañana- lo dejó algo cansado y con ganas de dormir, y su relato hace difícil no recordar el título de una de sus canciones, Quiero dormir cansado, que era parte de Íntimamente, aquella colección de éxitos de 1980 que dejó una decena de himnos en el cancionero romántico continental y que convirtió al mexicano en una estrella de los escenarios hispanoamericanos, incluyendo el de Viña del Mar, donde debutó en 1983. Más de tres décadas después, Emmanuel regresa a un certamen donde figura como hijo ilustre, ahora con 59 años y un nuevo álbum de estudio (Inédito), para coronar con clásicos la noche de mañana, la tercera del Festival.
"Viña siempre es una alegría y una expectativa", asegura uno de los artistas que mejor conoce todo lo que rodea al evento, y que hoy llegará a la Quinta Región para reavivar un romance que estuvo en pausa por 15 años.
"Varias veces habíamos tenido conversaciones para venir y no se habían concretado, por diversas razones. Además, tuve unos seis años de muchísimo trabajo y justo cuando parecía que venía a Viña, estaba en medio de una gira y no se podía concretar. Esta vez la idea se conversó cinco meses antes, entonces se pudo apartar la fecha con tiempo", detalló el mexicano, que llegó al país junto a Alexander Acha, su hijo cantante y uno de los principales compositores y reponsables del sonido de su último álbum, cuyo primer sencillo, Ella, ha tenido alta rotación en las radios aztecas.
¿Cantará alguna de sus nuevas canciones en su show en Viña?
Meteremos algo del último álbum, pero sólo un par de temas yo creo. La gente espera realmente que uno cante sus éxitos, y ahí hay varios. No se pueden incluir demasiadas canciones nuevas, porque la asimilación de éstas siempre es algo difícil. Recuerdo muy bien cuando toqué Toda la vida en San José, California, con mucha ilusión. Allí la canción ya sonaba pero la gente aún no lo conocía, así que los aplausos fueron algo tibios... ¡Y estamos hablando de Toda la vida!
¿Guarda buenos recuerdos de sus pasos anteriores por el Festival?
Todas mis presentaciones anteriores fueron excelentes. Recuerdo perfectamente mi primer contacto en Chile, fue hermoso todo lo que ocurrió. Espero que la gente disfrute y que sea una noche bonita y mágica, como siempre sucede en Viña, y que nos divirtamos todos, porque venir al Festival siempre es un viaje en el que ocurren muchas cosas en el corazón y viajas por todos los tiempos con ese público maravilloso.
¿En estos años ha podido ver algo del Festival?
Siempre estoy de gira por estas fechas así que no sé bien cómo se ve ahora, no sé cómo está. Pero sí sé que el público es maravilloso, y que el corazón de los chilenos siempre es el mismo.
Su hijo Alexander ha sido imoportante en su nueva etapa artística ¿Está la opción de que suba al escenario a cantar con usted?
Vamos a hacer una especie de sorpresa para la gente ,y es probable que haga una canción con él. Alexander ya había estado en otro disco mío, y en el último está él y mucha gente joven. La frescura de ellos va hacia adelante, como a mí me gusta hacer las cosas, y esa actualidad sólo se consigue a través de los sonidos.
¿Se siente conectado con la audiencia de las nuevas generaciones?
En México ya son tres generaciones de gente comprando mis discos. Éste último ha entrado como mantequilla en los chavos, y el anterior fue cuadrúple platino. Los jóvenes siempre están descubriendo, y en mis conciertos te diría que hay muchos muchachos de entre 15 y 30 años, que deben ser como 30 por ciento del público.
¿Cómo ve el estado actual de la balada latinoamericana?
Hay una manera diferente de expresar el amor, porque el mundo califica de forma diferente su lenguaje. Ha cambiado la forma de decir las cosas, es lógico, al igual que los géneros musicales, que cambian a una velocidad increíble. Pero el que ama seguirá diciendo "Te amo", eso no cambiará nunca.