Familiares de soldados argentinos caídos en la guerra de 1982 con Gran Bretaña participaron este sábado en una emotiva ceremonia en el cementerio de Darwin, en las islas Malvinas, en memoria de los 695 trasandinos muertos en el conflicto del Atlántico Sur.
Los 170 familiares recorrieron el cementerio donde descansan 230 militares argentinos e inauguraron un cenotafio en honor a los caídos en la guerra, durante las seis horas que permanecieron en el archipiélago austral.
El monumento había sido construido en el lugar en 2004, pero sólo pudo ser inaugurado cinco años después tras una gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el primer ministro británico, Gordon Brown, que permitió el viaje de los familiares.
Un segundo contingente de 205 familiares arribará el próximo sábado y llevará una imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina.
En una ceremonia muy emotiva, el titular de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, Héctor Cisneros, expresó su "gratitud al gobierno argentino y británico por permitir este homenaje y también a los isleños que hicieron de lado las heridas del pasado".
Cisneros destacó que "el diálogo encima del conflicto hace extraordinaria esta inauguración". "Nos une con los isleños el respeto por los que dieron su vida por la patria", expresó.
"Estamos cerrando un ciclo. Estamos reconfortados espiritualmente", aseguró.
Los familiares ofrendaron rosarios, flores y fotos de sus seres queridos, en medio del intenso frío y las fuertes ráfagas de viento que azotaban el cementerio de Darwin, ubicado a unos 80 kilómetros de Puerto Argentino. Una enorme cruz domina el lugar, con 24 placas donde figuran los nombres de los 649 argentinos que murieron en la guerra.
El sacerdote argentino Sebastián Combin y el cura católico de las islas Peter Norris celebraron una misa conjunta en el lugar.
El vuelo que trasladó a los familiares partió de Buenos Aires e hizo una escala en la austral ciudad de Río Gallegos, donde la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner despidió a los familiares.
El avión de la aerolínea chilena LAN aterrizó en el aeropuerto de Mount Pleasant de Malvinas, donde los familiares fueron recibidos por el vicegobernador de las islas bajo administración británica, Paul Martínez, y el comandante responsable militar del archipiélago, Gordon Moulds. Luego fueron trasladados en ómnibus hacia el cementerio de Darwin.
En un emocionado discurso, la mandataria les pidió que fueran a las islas a rendir homenaje a los caídos en el conflicto bélico en nombre de la población argentina y "de los derechos irrenunciables, inclaudicables y legítimos" que tiene el país sobre el archipiélago.
"Ustedes no solamente van a ver a sus muertos, sino a los muertos de todos, porque los muertos de ustedes son también nuestros muertos. Quiero que vayan con mucha fuerza, con mucha entereza, y que sepan que hay 40 millones de argentinos que les rinden homenaje junto a ustedes", declaró.
Fernández de Kirchner confió en que "los miembros de la comunidad internacional algún día deberán comprender que no pueden subsistir enclaves coloniales en pleno siglo XXI".
"Un día de este siglo un presidente argentino va a ir a rendir homenaje a sus muertos, en nombre de los derechos legítimos que tenemos sobre esas islas", señaló la presidenta, quien aseguró que prefiere "esperar, en nombre de ese derecho internacional, en nombre de ese derecho sobre Malvinas y en nombre de la paz que debe reinar en todo el mundo".
"Gloria y honor a los caídos en Malvinas", expresó la mandataria, quien gestionó la autorización para la inauguración del monumento cuando se reunió en marzo con el primer ministro británico, Gordon Brown, en Chile.
En el cementerio de Darwin hay 230 argentinos enterrados, de los cuales sólo 109 pudieron ser identificados. El resto descansa bajo la leyenda "Soldados argentinos sólo conocidos por Dios".
La guerra de Malvinas se desencadenó tras la invasión argentina el 2 de abril de 1982 a las islas ocupadas por los británicos desde 1833, ordenada por el entonces dictador Leopoldo Fortunato Galtieri durante el último gobierno de facto militar (1976-1983).
Tras casi dos meses de combates en el Atlántico Sur, en los que gran parte de los soldados argentinos pasaron hambre y frío por falta de provisiones suficientes, Argentina presentó su rendición el 14 de junio de 1982.