La diferencia entre uno y otro vino desde el camarín. Antes de que Gamboa diera el pitazo inicial. En la pizarra, Colo Colo comenzó a sacar ventajas en un partido que para la UC era clave si pretendía escalar a la cima del campeonato. Pero desde que empezó a rodar el balón, las urgencias parecían de los albos, que derechamente salieron a comerse, futbolísticamente hablando, a su rival.
Pablo Guede, convertido en un especialista en esta clase de duelos, lo demostró en Argentina ganando todos los clásicos que disputó y en Chile frente a la U hace poco más de un mes, siempre tuvo claro cómo y donde podía ganar el partido. Por eso, pese a la debacle defensiva que vivió durante buena parte del partido ante San Luis hace siete días, no cambió nada en el bloque posterior. Entendió que la presión en campo rival sería la clave. Así, por ejemplo, nació el primer gol en San Carlos de Apoquindo. Un mal despeje de Parot fue anticipado rapidamente y desde ahí se gestó la conquista de Rodríguez, tras una primera intervención de Toselli ante Paredes. Y el segundo también tiene su génesis en esa fórmula.
Aquel posicionamiento de los mediocampistas colocolinos, siempre encima de Fuentes y los dos centales, aisló a Buonanotte y Kalinski. Ese libreto aplicado en el superclásico, en contra de la Gata Fernández, que dejó desamparados a los atacantes de la U en Macul, tenía una segunda versión, incluso mejorada, en San Carlos de Apoquindo. En esos primeros 20 minutos, hasta la apertura de la cuenta de Rodríguez, Pavez y Valdés prácticamente siempre jugaron en campo del local, de frente a Toselli.
El dominio de los albos, futbolístico y sicológico, apenas tuvo un intermedio en el final del lapso inicial, más por el retroceso lógico del equipo que por una gran alza de la UC. En esos pasajes apareció la mejor versión de Garcés para conservar la ventaja, con tres intervenciones notables. Fuenzalida tuvo en sus pies el empate, pero falló ante el portero en sendos mano a mano.
El descanso lució como un salvavidas para Mario Salas, quien tras el descanso movió las piezas para asumir de una vez la conducción del partido. Pareció encontrarla a través del cabezazo de Maripan, quien decretó la igualdad parcial, pero enseguida Rivero, tras gran habilitación de Valdés, venció a Toselli con un derechazo cruzado.
Colo Colo volvía a tomar el control del partido. Ocupando la cancha a todo lo ancho. La UC no encontraba los circuitos para hacer daño y sentía la presión de dejar pasar una chance de llegar a la cima. Todo estaba servido para los albos. Paredes tuvo en su pie izquierdo la posibilidad de liquidar el pleito desde los 12 pasos, pero falló en su remate. Ahí estaba la sentencia del partido. Para colmo, minutos después, Castillo sí podría convertir el penal, tras una dudosa falta de Barroso sobre Buonanotte, que tuvo a su disposición para decretar el empate. Un resultado que maquilla en parte la diferencia que hubo entre uno y otro. Guede ganó la pizarra. Salas se quedó con la última sonrisa por la remontada. Pero el resultado final, no le sirve a ninguno de los dos.