El emperador de Japón, Akihito, deseó hoy un feliz año a los miles de personas que se acercaron hoy al Palacio Imperial de Tokio para el tradicional saludo de Año Nuevo, en el que el jefe de Estado alabó además la labor de los voluntarios en las zonas devastadas por el tsunami de 2011.

"Ha sido alentador el ver a mucha gente desplazarse a la zonas golpeadas por el desastre y esforzarse para ayudar a las personas afectadas", dijo Akihito desde uno de los balcones del ala Chowa den del palacio, donde es costumbre que cada año se asomen miembros de la familia imperial para felicitar el año a los visitantes.

"Espero que este sea un mejor año, aunque sea solo un poco mejor, para cada ciudadano japonés", añadió el emperador nipón, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

Junto al regente estuvieron también la emperatriz Michiko, así como el príncipe heredero Naruhito, y su mujer, la princesa Masako.

El Príncipe Mikasa, tío del Emperador y actualmente el miembro más longevo de la familia imperial a sus 97 años, también hizo acto de presencia en lo que constituye su primera aparición pública después de ser operado del corazón el pasado mes de julio.

Akihito, de 79 años, también se sometió a una intervención coronaria el pasado febrero.

Sin embargo, el pasado 23 de diciembre, con motivo de su cumpleaños, el jefe de Estado expresó su deseo de mantener su ritmo habitual de trabajo pese a la operación de "bypass" y a que su estado de salud ha sido delicado en los últimos años.

Akihito, que accedió al trono en 1989 tras la muerte de su padre, fue operado en 2003 de un cáncer de próstata y sigue en tratamiento para evitar una recaída.

También fue hospitalizado en noviembre de 2011 por una bonquitis.

En el 2008 sufrió una hemorragia estomacal y hace un año le fue diagnosticada arteriosclerosis coronaria.