El gobierno japonés comenzó a trabajar en la legislación que permitiría la abdicación del emperador. Y si los plazos se cumplen de acuerdo al actual cronograma establecido Akihito, de 82 años, podría renunciar en 2018. Así lo adelanto el diario Asahi. Se trata de la primera vez que se habla de una fecha concreta para la abdicación después que el emperador, en agosto, expresara en un mensaje televisado su cansancio e indirectamente sus intenciones de delegarle el trono a su hijo Naruhito antes de su muerte.
Como la abdicación no está contemplada por ley y la sucesión solo se realiza ante la muerte del monarca, el gobierno se ha estado trabajando en una legislación especial -que solo serviría para el caso de Akihito- para permitir la renuncia al trono. Por eso el Ejecutivo de Shinzo Abe espera que, una vez superados los trámites parlamentarios, la abdicación se produzca en 2018. El propio jefe de Estado habría sugerido la idoneidad de ese año a funcionarios de la Agencia de la Casa Imperial, según sostuvo Asahi.
El lunes un comité de expertos establecido por el gobierno comenzó a debatir propuestas para gestionar el proceso de abdicación. El Ejecutivo quiere que se haga una ley especial y evitar una enmienda de la Constitución, ya que sería un proceso demasiado largo y complejo. La ley se presentaría ante el Parlamento a principios de 2017 para permitir la futura abdicación del emperador, algo que la mayoría de los japoneses parece aprobar en los sondeos.
Aunque solo la abdicación póstuma está recogida en la ley de 1947 que rige a la Casa Imperial, la mitad de los 125 emperadores que han ocupado el trono del crisantemo abandonaron el cargo antes de su muerte, sostuvo un reporte de la agencia EFE.