En la habitación 2806 que ocupó el ahora ex director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en el Sofitel de Manhattan, el día del supuesto ataque sexual contra una camarera del hotel, habría estado otro empleado minutos antes que la presunta víctima ingresara a limpiar el cuarto.
Según detalla una fuente del hotel, que recoge el diario francés Le Figaro, la mujer encontró la puerta entreabierta y al momento de ingresar, el otro empleado retiraba una mesa. Al preguntar si podía empezar a limpiar, el camarero le abrió paso indicándole que el cuarto estaba vació, sin percatarse que Strauss-Kahn estaba en el baño.
Luego de eso vino el detalle de lo relatado por la mujer y el presunto intento de violación. Si se confirma que el empleado del hotel estaba allí, sería el único testigo que habría llegado a estar tan cerca de la supuesta víctima justo antes de que ocurriesen los hechos, consigna el diario español ABC.
El periódico explica que en el pasillo que lleva a la habitación de Strauss-Kahn no había ninguna cámara instalada, ya que las únicas que hay están en el lobby, en la primera y la segunda planta.
La declaración del posible testigo sería importante en el análisis policial de la información proporcionada por las tarjetas magnéticas que se usan para abrir las puertas de las habitaciones del hotel, ya que si la puerta de la suite ya estaba abierta, la mujer no tuvo que utilizar su tarjeta para acceder, y habrá que averiguar de otra manera la hora exacta a la que entró, puntualizó el diario.
PAGO PROSTITUTAS
Otra de las revelaciones, ahora de la prensa inglesa, dan cuenta de que Strauss-Kahn habría pagado 2.400 dólares a la dueña de un prostíbulo en Manhattan para mantener sexo con varias jóvenes acompañantes.
Según informó al periódico inglés The Times, Kristin Davies, de 35 años y dueña del prostíbulo "Wicked Models", habría indicado que el personero utilizó dos veces los servicios de la compañía en 2006. El francés, que no se desempeñaba entonces al frente del FMI, habría localizado a la compañía de modelos acompañantes a través de la dueña de un prostíbulo, una prostituta de origen bosnio que vivía en París de nombre Irma Nici.