Los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires entraron esta jornada en huelga por un reclamo salarial que expuso la asfixiante situación económica del distrito, y avivó la tensión entre la Casa Rosada y el gobernador oficialista Daniel Scioli, que tiene aspiraciones presidenciales.

Decenas de miles de docentes, médicos y empleados judiciales paralizaron por 24 horas sus actividades en protesta contra la decisión de pagarles en cuatro cuotas una compensación adicional que deben cobrar este mes.

Las finanzas de Buenos Aires, que representa un 40% de la economía argentina, están contra las cuerdas por un gasto público que crece más rápido que los ingresos impositivos. Y con la economía local desacelerándose por la crisis financiera global, varios distritos enfrentan problemas para pagar los salarios a sus trabajadores públicos.

"Estamos reclamando que cambien de parecer, que den vuelta atrás con esta decisión (salarial)", dijo a una radio el titular del mayor sindicato de docentes de la provincia de Buenos Aires, Suteba, Roberto Baradel.

Scioli, el jefe del gobernante partido peronista, pidió ayuda al gobierno federal para pagar. Pero, el Ministerio de Economía apenas le transfirió un tercio de los 2.800 millones de pesos (620 millones de dólares) solicitados argumentando que debería administrar mejor sus recursos.

Según analistas, el gallito entre el gobierno nacional y Buenos Aires por la asistencia financiera es una muestra del distanciamiento entre Fernández y Scioli. l gobernador provincial irritó a los sectores más fieles del gobierno nacional al revelar que quiere ser candidato pesidencial en las elecciones del 2015, a las que Fernández no puede presentarse por haber gobernado durante dos mandatos consecutivos.

En su búsqueda de aliados tendió puentes con sindicalistas críticos del gobierno y sectores de centro-derecha opuestos a las políticas de fuerte intervención del Estado en la economía llevadas adelante por la mandataria.

Un sondeo de la consultora Management & Fit realizado la semana pasada mostró que Scioli desplazó a Fernández como el político con mejor imagen en el país con un 44,8 por ciento de valoraciones positivas a pesar de la delicada situación financiera en su provincia.

La mandataria, cuya popularidad está sintiendo el malhumor de la población por la menor actividad económica y la prohibición que impuso a la compra de dólares por una fuga de capitales, asomó con una imagen positiva del 38,1%.

NUMEROS EN ROJO

Buenos Aires, que alberga a casi el 40% de los 40 millones de argentinos, camina a terminar el año con un déficit fiscal que duplicará lo presupuestado.

El desequilibrio alcanzaría los 10.500 millones de pesos, a los que se suman amortizaciones de deuda por otros 4.300 millones, según estimaciones de la consultora Economía & Regiones (E&R).

"Es un año muy difícil. Pero la previsión que tenemos hecha es que el año que viene también va a ser muy complicado. Recién, por ahí, en el 2014, 2015 van a empezar a ser años buenos", afirmó el martes a una radio la ministra de Economía de Buenos Aires, Silvina Batakis.

Los gobiernos provinciales gastan la mayor parte de sus recursos en salarios, que han subido fuertemente desde el 2007 a caballo de una de las tasas de inflación más altas del mundo. En muchas provincias, el Estado local es el principal empleador. 

Buenos Aires anunció una reducción en el gasto público y un fuerte recorte de las inversión en infraestructura para intentar cerrar la cuentas este año, lo que puede enfriar aún más la
actividad económica en el distrito.

"El sector público pasará a ser un factor menos dinamizante de la economía provincial", dijo Guillermo Giussi, analista de E&R.

No existe un indicador que mida el desempeño económico del distrito. El índice que anticipa el comportamiento trimestral del Producto Interno Bruto nacional cayó un 1,3 por ciento en
abril contra marzo.

Buenos Aires enfrenta este año vencimientos de sus bonos globales 2017, 2020 y 2035 en euros por el equivalente a 1.300 millones de pesos.  Giussi dijo que la decisión de Scioli de llevar adelante el plan de ajuste demuestra su intención de honrar los pagos de deuda.

Buenos Aires es uno de los pocos distritos argentinos que ha podido emitir bonos globales en la última década. El gobierno nacional no ha vuelto a financiarse en el mercado internacional de capitales desde un masivo incumplimiento de deuda del 2001/2002.