¿Sabía usted que los containers usados en el transporte marítimo de carga se pueden utilizar además en la construcción de casas y piscinas? A eso se dedica Homebox, empresa creada por Gonzalo Herrera junto a su padre del mismo nombre, y que busca dar un valor agregado a los containers, utilizándolos como pieza clave en la construcción.

"Chile es un puerto terminal. Por ende, la cantidad de containers que entran son muchos más de los que salen del país. Sí o sí había que desarrollar algo para aprovecharlos", cuenta Gonzalo hijo.

Los containers y el puerto fue el ambiente en el que se crió. "Mi papá trabajaba en el puerto, se dedicaba al tema de embarcar y desembarcar containers, recuerdo que me entretenía que me llevara", relata el joven emprendedor. Su padre agrega que era todo un panorama. "En las vacaciones podía pasar días allá, le gustaba mucho ver cómo funcionaba todo".

Ese ambiente de estructuras en permanente movimiento motivó  a Gonzalo a estudiar arquitectura, carrera en la que no desaprovechó oportunidad para hablar con profesores acerca de la idea de usar los containers como material de construcción. "Fue difícil pero no me cansé de hacerlo. Los profesores muchas veces me dijeron que mi idea era ridícula. Me decían que cómo se me ocurría usar esas latas como material de construcción, pero no me importaba", recuerda.

Para potenciar su idea, Gonzalo realizó un magíster en sustentabilidad. "Ahí aprendí a repensar el producto. Cuando aplicas las características intrínsecas del container a la edificación, te das cuenta de que tiene una gran resistencia, porque está hecho para soportar condiciones climáticas adversas. Es algo que se puede aprovechar mucho en la arquitectura", explica.

Gonzalo cuando finalizó sus estudios decidió llevar a la práctica todos los años de estudio y contagió a su padre con su idea, sumándolo como socio al proyecto.

"Mi papá tiene un rol muy importante en todo esto, porque gracias a él pude aplicar lo que estudiaba en la universidad. Mi papá además logró algo muy importante, gracias a él la naviera en la que trabajaba nos ayudó en los inicios de nuestro proyecto", cuenta el joven emprendedor.

El 2010 nace formalmente Homebox, pero por diversos motivos, dos años más tarde esta pareja de emprendedores decidió independizarse. "En un momento nos dimos cuenta que era mejor continuar solos, así que nos lanzamos con nuestros ahorros. Sólo teníamos $ 3 millones y nada más", cuenta el menor de los Herrera.

Tocando puertas y pidiéndole plata a quién se les cruzara, relatan, lograron construir su propia maestranza.

"Sercotec nos apoyó con el galpón y todo el resto lo logramos con trabajo y pidiéndole plata al amigo del amigo del amigo", relata entre risas Gonzalo padre.

A la fecha la firma funciona de manera independiente y se dedican a la construcción de casas, piscinas y espacios comerciales temporales (pop-up), utilizando como principal material containers en desuso. "Queremos que la gente vea que aquí hay un material muy útil, que no sirve únicamente como una solución parche en las faenas. Puede ser una casa bonita y muy segura, que rescata un material muy común en nuestro país", sostiene Gonzalo hijo.