Emprendimiento hípico a la moda
Felvic es una pequeña empresa que confecciona diversos artículos de vestir. Mantas, capas y lo que desee en confección son fabricados de forma personalizada. Lo único que diferencia esta marca de vestuario de las más conocidas, es que sus clientes son caballos.
Hortensia Verdejo siempre ha estado ligada al rubro textil. Hace 8 años, cuando llegó a la capital desde Rancagua con su hija e hijo, imperiosamente comenzó a buscar trabajo. Cuenta que llegó a una conocida empresa nacional de jeans y que uno de los requisitos para ser contratada era saber manejar una máquina de coser automatizada. "Cuando me preguntaron si sabía coser, les dije que sí. Me sentaron frente a una máquina eléctrica y yo acostumbrada siempre a las de pedal, no sabía qué hacer. Desarmé toda la máquina y no podía poner el hilo. Mi compañera de al lado me dijo que yo no sabía coser. Yo le contesté que debía alimentar a mi hijos". Dos meses más tarde, Hortensia manejaba las nuevas máquinas, tal como lo hacía con las antiguas.
Pasó algún tiempo y postuló a un proyecto de financiamiento del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, Fosis, con el que obtuvo su primera máquina de coser y con la cual empezó a confeccionar un novedoso artículo para esa época: jumper de polar. Hizo los moldes de una prenda talla L que compró en una tienda, la rebajó a los más normal (talla M), y de a poco se hizo conocida principalmente por la calidad y las buenas terminaciones de sus productos.
UN GIRO AL MODELO DE NEGOCIO
Pero el emprendimiento comenzó a decaer y para salir del momento recordó algunos artículos para caballos que un empresario le había solicitado años antes. Por ello es que se decidió a ofrecer algunos de sus productos al conductor de TV y reconocido amante de los caballos, Kike Morandé.
"Fui a la productora de don Kike con unas vendas para sus caballos. Le pregunté a la secretaria si podía pasar a ofrecerle las vendas y me dijo que aunque no lo hacía, le iba a preguntar. Estuve conversando con él mucho rato, muy cariñoso, de inmediato me dijo que por qué mejor no hacía mantas, y me preguntó si alguna vez las había hecho. Le dije que sí y llamó a la persona a la que le había hecho una para consultarle y ahí fue que comencé a hundirme en el asiento con lo que me pedía don Kike", cuenta Hortensia, que impresionada con la cantidad de mantas solicitadas tuvo que decirle una verdad incómoda. No tenía ni un peso para comprar los materiales y realizar su primer gran pedido.
CAPITAL Y PUBLICO OBJETIVO
Con su máquina ya adquirida y más 200 mil pesos que recibió para confeccionar su primer gran pedido, Hortensia inició un negocio exclusivo. Entregó sus primeras capas al animador y, dada la calidad del producto que entregó, el boca a boca hizo el resto: le llovieron nuevos pedidos, tanto de la hípica, como del salto ecuestre y polo, sus actuales clientes.
LA MARCA Y SUS PRODUCTOS
Después de sumar prestigio en el rubro, Hortensia debía hacer de sus productos, una marca reconocida. Postuló a un fondo Capital Semilla del Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, y así adquirió una nueva máquina de coser especialmente para los bordados. Con esta nueva herramienta, en el 2006 nace Felvic, marca que fusiona los dos nombres de sus nietos regalones, Felipe y Vicente. Ahora sus capas para caballos llevan bordado tanto el nombre del dueño, la marca Felvic, y realiza en la tela lo que pida el cliente.
DISTRIBUCION Y PUNTOS DE VENTAS
En este momento, Hortensia duerme desde hace unos meses en el sillón de su casa. El negocio ha crecido y los pedidos que tiene los almacena sobre su cama, mientras el maestro que contrató termina la ampliación del frontis de su departamento en un tercer piso. Pero aún así está contenta, más cuando hace algunos meses fue premiada por la empresa publiguias, quienes gestionaron y diseñaron un sitio web, principal vitrina para ofrecer sus productos.
Hoy en día Hortensia está tranquila con lo que tiene. Aceptó una invitación como expositora al próximo Panamericano Enduro Ecuestre que se realizará entre el 17 y 23 de octubre en Las Brisas de Santo Domingo. Dice que "esta invitación es fruto de lo que ha logrado con tanto esfuerzo". Mientras, sigue contestando el teléfono y respondiendo la avalancha de mails con nuevos pedidos de sus clientes.
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