La encuesta sobre percepción de los negocios, que realiza el Banco Central, mostró que gran parte de los entrevistados indica que el resultado de sus negocios se mantuvo estable en el tercer trimestre, en línea con lo esperado.
Al mismo tiempo, el consenso de los entrevistados cree que solo se podría observar algo de mayor dinamismo de sus negocios, y de la economía en general, para fines del próximo año y con mayor claridad para el 2018.
Esto, pues creen que para esa época ya se habrá resuelto parte de la incertidumbre actual y habrán mejorado las confianzas. Por Macrozonas, en el norte se sigue observando una
situación más deprimida que en el resto del país, pues los efectos de la baja en la actividad e inversión minera siguen siendo visibles con fuerza.
En la Macrozona centro, los entrevistados no dan cuenta de mayores cambios, con un desempeño de sus negocios que consideran acotado. En la Macrozona sur se aprecia mayor heterogeneidad: mientras los consultados proveedores del sector salmonero señalan estar atravesando por dificultades importantes, en otros sectores varios comentan resultados por sobre lo esperado.
La inversión continúa estancada en gran parte de las empresas visitadas y no se observan muchos incentivos que la impulsen. En general, la baja demanda actual hace que varios entrevistados indiquen que su capacidad instalada es adecuada o que poseen capacidad ociosa. Se suma la incertidumbre sobre los contratos actuales y la ausencia de proyectos relevantes en algunos sectores, en especial en lo relacionado con la minería, lo que limita fuertemente la disposición a invertir.
En contraposición, algunos entrevistados indican que el bajo costo de financiamiento y oportunidades de negocios, son un buen aliciente para invertir. Sin embargo, esta es una fracción muy baja. En general, aquellos que están realizando alguna inversión lo hacen para mejorar procesos y bajar costos, especialmente laborales. En el mercado laboral, la percepción general de los entrevistados es de una mayor disponibilidad de mano de obra, en especial de profesionales. Muchos relatan que el número de personas buscando trabajo ha aumentado de modo importante, en particular la entrega de curriculum vitae en sus oficinas.
Asimismo, dan cuenta de una baja en las pretensiones de renta, especialmente de personas
que llevan varios meses desempleadas y están dispuestas a trabajar por un salario a veces bastante menor al que recibían en su empleo anterior. La incertidumbre laboral sigue percibiéndose elevada.
Respecto de los costos, destaca una percepción generalizada de estabilidad. Muchos indican que han hecho ajustes importantes para poder seguir compitiendo en sus mercados, pero que los espacios ya se han limitado bastante. Sobre los precios de venta, la inmensa mayoría señala que no están pensando en aumentos relevantes, porque las condiciones de demanda no lo permiten, en un contexto en que las personas y empresas se han vuelto muy sensibles a cambios de precios. Más aún, la porción de entrevistados que ha debido ajustar sus precios a la baja o incrementar el uso de promociones para mantener o incentivar la venta es cada vez mayor.
Sobre las condiciones financieras, sigue destacando la percepción de un bajo costo del crédito, pero tanto bancos como empresas consultadas coinciden en la baja demanda por endeudamiento. La mayor parte de los créditos cursados corresponden a renegociaciones de cartera o capital de trabajo. Los bancos muestran preocupación por un incipiente aumento en la mora, en especial en la Macrozona norte.
Este informe —que se publica en febrero, mayo, agosto y noviembre— resume las opiniones recogidas por economistas de la Gerencia de Estrategia y Comunicación de Política Monetaria de la División Estudios en entrevistas con la administración de alrededor de 200 empresas a lo largo del país, realizadas entre el 8 de septiembre y el 24 de octubre de 2016.