Empresas buscan fórmulas para acortar la jornada laboral y ser más eficientes
<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">En Chile los empleados pasan mucho tiempo en sus lugares de trabajo, pero la productividad no es muy alta. Algunas compañías están aplicando herramientas de gestión que incentivan un mejor rendimiento.</span></font>
Es frecuente oír que en Chile se trabaja mucho. Pero estar más horas en la oficina no es sinónimo de mejores resultados. Todo lo contrario: las jornadas maratónicas sobrecargan y afectan la productividad de las empresas. "Tenemos que avanzar más en el tema de la productividad. Chile sigue siendo un país con una jornada laboral extensa", dice Suyin Palma, jefa de selección de Adecco.
En la Unión Europea, la organización Eurofound dio a conocer un estudio que muestra que los españoles son los que más horas dedican al trabajo, con un total anual de 1.720 horas, 26 más que los ingleses y 65 por sobre el promedio de los alemanes. Sin embargo, sus niveles de competitividad son más bajos que los de sus pares del resto de Europa.
Sea en el Viejo o en el Nuevo Continente, la explicación para el fenómeno es la misma: una mala gestión del tiempo. Sin embargo, en el caso chileno se observan esfuerzos tendientes a migrar hacia esquemas de trabajo para alcanzar la ansiada fórmula que permita decir adiós a las larguísimas jornadas laborales.
"Como país se ve una preocupación en las compañías por focalizar la capacitación en el reforzamiento de las habilidades directivas, de manera tal que los equipos de trabajo avancen hacia la autogestión", afirma Suyin Palma.
Esto consiste, básicamente, en aprender a definir funciones, contar con un buen líder, incentivar el trabajo por objetivos y no por horarios, así como apostar por el trabajo flexible y por el teletrabajo, todas ellas variables que, en definitiva, llevan a reducir el tiempo que se pasa en la oficina y a mejorar los resultados.
"Estas tendencias están muy influidas por modelos fundamentalmente provenientes de países desarrollados. Las firmas locales están modificando su estilo de funcionamiento y su manera de gestionar a los empleados", explica María Eugenia Miranda, gerente general de Alfa Consulting.
El fenómeno en Chile ha venido de la mano con la llegada de corporaciones internacionales que han elegido a Santiago para instalar sus sedes destinadas a manejar la región, trayendo consigo prácticas que sus matrices aplican en materia de gestión del personal, y que poco a poco han ido impregnando la cultura local.
"En casi todas las mineras con oficinas en la capital se trabaja hasta las dos de la tarde los viernes; para eso están más tiempo en la oficina durante la semana. En otras industrias se da la opción de elegir el horario de ingreso. Por ejemplo, quien entra a las 8.00 puede salir a las 17.30. Estas son prácticas que llevan a que la gente haga rendir más su jornada y se dé menos vueltas en el trabajo", expresa Karina Muñoz, gerente de Randstad Professionals Chile.
María Eugenia Miranda advierte que en Chile se vive una transición cultural que muta de un estilo de organización jerárquico y vertical, a uno más moderno y horizontal, donde cada profesional es responsable de cumplir sus objetivos y autónomo para organizar su tiempo y recursos. "En mi opinión, este proceso nos habla de una sociedad un poco más madura, que trata a las personas como adultas, con deberes, pero también con derechos", señala.
Las organizaciones también están aplicando conceptos que antes hubiesen sido mal vistos, como los breaks, que no son otra cosa que pausas que los trabajadores aprovechan para tomar un café y conversar con sus compañeros incentivados por el mismo empleador, o mejor aún, para efectuar la llamada pausa saludable, en la cual se hacen ejercicios en la misma oficina bajo la guía de un profesor de educación física.
"Estas pausas, bien administradas, pueden ser un gran aporte, porque dan a las personas la oportunidad de retomar el ritmo con más vigor y ser más eficientes", comenta Suyin Palma.
Está comprobado, de hecho, que después de cinco horas continuas de trabajo la atención y la concentración comienzan a debilitarse. Por este motivo, Karina Muñoz sentencia que los empleadores no deben temer a las jornadas más cortas. Al contrario, pueden ayudar a elevar la productividad y, además, atraer al talento más joven: "Las actuales generaciones son más eficientes en la oficina porque quieren menos horas laborales y más tiempo para sus actividades personales", asegura.
CLAVES PARA HACER MAS EN MENOS TIEMPO
Una buena planificación es la clave para no estar de sol a sombra en el escritorio. Para eso se recomienda:
- Definir bien las funciones, diferenciar las tareas y dar la prioridad que merece cada una de ellas. Una buena fórmula es establecer timings o externalizar las tareas de menor valor añadido.
- Establecer el sistema de retribución variable ligada a objetivos.
- Adoptar modelos de liderazgo y productividad que induzcan la aparición de buenos líderes en la organización, con alta motivación y capacidad de comunicación, que sepan definir bien los procesos de productividad y que adopten buenos modelos en la toma de decisiones.
- Aprender a delegar. Dado que es imposible abarcar todas las tareas, lo mejor es repartir las funciones entre todo el equipo.
- Enseñar a los empleados a potenciar el rendimiento, lo que pasa por aumentar las habilidades que ayudan a reponer los niveles de energía gastados.
- Fomentar el trabajo part time y el teletrabajo.
- Imponerse un horario de salida. Seguir trabajando cuando ya se ha perdido toda la capacidad de concentración sólo lleva a cometer errores que luego hay que corregir.
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